La oportunidad se presentó para los dos delincuentes cuando una hija de los dueños de casa llegaba al domicilio. Se colaron detrás de ella, sin tener que forzar ninguna puerta. Adentro, hubo mesuradas amenazas y ningún golpe contra esa joven y sus padres, pero el plan se complicó para los ladrones cuando llegó otro hijo del matrimonio asaltado, no pudieron reducirlo y obligó a que huyeran con lo que habían conseguido hasta ese momento, unos 8.000 pesos y 1.200 dólares (79.838 pesos al cambio oficial de ayer), informaron ayer fuentes policiales.

"Todos los días leo la edición impresa de DIARIO DE CUYO y les agradezco la preocupación. Entiendo que cumplen con su trabajo pero no estamos en condiciones anímicas de hacer declaraciones", dijo con amabilidad la dueña de casa ayer, detrás de una cortina.

El hecho ocurrió sobre las 20 del domingo en la vivienda que la familia Riveros tiene en calle Arenales, en el barrio San Juan, en Rivadavia.

En la Policía no descartan que los delincuentes hubiesen planificado el asalto

Fue cuando la hija de los dueños de casa arribaba al domicilio. En la Policía no descartaban que los delincuentes hubiesen planificado el golpe y que hubieran estado esperando la llegada de la joven para meterse detrás suyo apenas abrió la puerta de rejas de la vivienda.

La redujeron a punta de arma (se habla de al menos una pistola de grueso calibre) y también a sus padres. Después los llevaron a todos a la cocina de la casa, donde uno de los malvivientes se habría encargado de controlarlos mientras su cómplice se apoderaba del dinero.

Sin embargo las cosas se complicaron para los sujetos cuando llegó otro hijo de los dueños de casa. "Quedate tranquilo, no pasa nada", le habría dicho uno de los atacantes, pero enseguida el hombre se dio cuenta de la situación y huyó de su casa para avisar a la Policía.

En ese momento también los ladrones decidieron escapar con el botín que habían conseguido. Los investigadores creen que pudieron haber huido en algún vehículo guiado por un tercer cómplice. Ayer buscaban testigos e imágenes en cámaras de seguridad de la zona, para poder establecer con mayor precisión quiénes pudieron ser esos delincuentes.