Si Franco Goyochea y José Chena querían hacer una broma arrojando al caudaloso canal Céspedes a Matías Gabriel Mañé (22), la broma les saldrá muy cara.
Al menos por ahora, ya todo indica que seguirán presos pues les imputarían homicidio simple, un delito con penas de entre 8 y 25 años de cárcel.
Habían sido detenidos el último domingo, cuando hallaron el cuerpo de Mañé en una usina del canal situada al Sur de calle 6, en Pocito, porque para entonces dos hermanos de la víctima habían denunciado que tanto Chena y como Goyochea sabían que Matías no sabía nadar y que igual lo arrojaron.
Es más Nelson Mañé, uno de los hermanos de la víctima, había dicho a este diario que aportó a la investigación videos para probar que, si bien iba al lugar a bañarse, siempre lo hacía en canales poco profundos.
La versión de Nelson y su otro hermano que fue testigo de la muerte, Agustín (19) es una prueba medular en el caso, porque ahora el titular del Tercer Juzgado de Instrucción, Guillermo Adárvez, podría desechar figuras más atenuadas del homicidio que permiten la excarcelación, dijeron fuentes judiciales.
En el Tercer Juzgado de Instrucción se analiza como muy probable imputarles homicidio simple a Goyochea y Chena, un delito que se castiga con penas de entre 8 y 25 años de cárcel, precisaron.
Ambos sospechosos, Matías (22) y Agustín Mañé (19) y otros dos jóvenes, habían ido a bañarse al canal Céspedes en la tarde del sábado.
El momento de distensión repitió rutinas de otros días, porque no era la primera vez que iban al lugar, hasta que en un momento Chena y Goyochea se complementaron para tomar de pies y manos a Matías para arrojarlo al agua. ‘Si no te agarrás del fierro (situado aguas abajo) nosotros te vamos a sacar’, le dijeron, según Nelson Mañé.
La broma podría ser muy costosa para los detenidos: el homicidio simple se castiga con penas de 8 a 25 años de cárcel.
Pero apenas cayó el agua empezaron los problemas para Matías, al punto de que todos se pusieron desde la orilla a intentar acercarle ramas o sus manos para sacarlo y no pudieron.
El último intento lo hizo uno de los 6 jóvenes que había ido, de apellido Rojas: se tiró al agua y alcanzó a salir con Matías a la superficie, pero no pudo acercarlo a la orilla y optó por salir. Matías se volvió a hundir y ya no volvieron a verlo más.
Eran alrededor de las cinco de la tarde del sábado. El cuerpo del joven recién fue rescatado alrededor de la 1,20, cuando ya se empezaba a sospechar que Chena y Goyochea habían cometido un homicidio.
Matías hacía trabajos de chapa y pintura y era padre de un nene que tiene 4 años. Vivía en la Villa Cenobia Bustos con su padres y hermanos, que quedaron indignados tras su muerte.