Un hombre que trabajaba como remisero falleció este lunes en el Hospital Marcial Quiroga, donde permanecía internado desde el jueves 19 de este mes, dos días después de sufrir una descarga eléctrica en su casa de Chimbas.
Su nombre era Mario Castro y tenía 35 años. Algunos le decían "Vikingo". Vivía en el Barrio Los Andes.
Según el relato de su hermano Hugo, al remisero le dio la corriente el martes 17. Fue por la tarde, cuando se metió a bañar olvidándose de desconectar el calefón eléctrico. A priori, la descarga no había sido tan potente. Sin embargo, desde ese momento comenzó a sentirse mal y a padecer mareos, estado que lo llevó a no trabajar el día siguiente. Ya el jueves su salud seguía mal, por lo que su madre le insistió con que fuera a hacerse ver.
Ese mismo día Castro ingresó al Marcial Quiroga, donde le hicieron estudios y los médicos descubrieron que tenía "los intestinos rotos", según su hermano, a causa del golpe de corriente.
La víctima fue operada y desde entonces atravesó estados de mejoría y de empeoramiento, al punto que estuvo algunos días con respirador. "El miércoles pasado lo operaron y estaba bien, estábamos esperanzados porque le habían hecho un lavaje y cerrado la herida", contó Hugo, el hermano.
Sin embargo, alrededor de las 5 de la mañana de ayer el remisero, que estaba casado y no tenía hijos, falleció.
En la familia indicaron que tenía una "úlcera en la panza", pero que creen que fue la descarga eléctrica lo que lo sentenció.
Cabe destacar que el caso no fue judicializado.
"Mi hermano era un ejemplo… siempre alegre, entusiasta. Cualquiera que tenía un problema lo buscaba y él le daba una solución. Estamos destruidos", lamentó Hugo, totalmente quebrado.