Apenas su tío y su tía cruzaron la puerta de su casa porque iban de visita, se encerró en su habitación y no salió en todo el día. Hasta el almuerzo tuvieron que llevarle al dormitorio, porque decidió mantener su actitud, como sea. Una pariente de la familia que también estaba en la casa notó la situación y se quedó con la espina. Días después, le preguntó por su inusual reacción y la niña, entonces de 14 años, estalló. Lloró sin consuelo y corrió hasta el fondo. La mujer entonces mandó a su propia hija a buscarla y fue ahí que la menor les dijo que era abusada por su tío desde que tenía 6 o 7 años. Esa pariente reprendió en ese momento a la madre de la niña, por no haber tenido ese diálogo tan necesario entre madre e hija que hubiera llevado por lo menos a frenar la pesadilla con anticipación. Los detalles más conmovedores se conocieron en el centro ANIVI, donde un fiscal entendió que cabía imputarle a ese sujeto, hoy de 34 años, abuso sexual con acceso carnal y la corrupción sexual agravados de su sobrina.
Si acepta el acuerdo, el juez no podrá aplicar una pena mayor a la acordada
El informe del médico y el de los psicólogos fue fundamental para dar por cierta la versión de la chica sobre los innumerables y depravados abusos que sufría cada vez que quedaba a solas con su tío en Angaco. Tan traumáticas resultaron esas experiencias que alguna vez hasta la obligó a verlo cómo se masturbaba.
La niña soportó todo y hasta entonces nunca dijo nada por miedo, por vergüenza, por pensar que no le creerían y encima sería castigada.
El caso se conoció en la familia el 12 de mayo de 2019 y al otro día la madre de la menor lo denunció formalmente.
Acorralado por la evidencia, el sospechoso fue detenido y ahora llegó a juicio en la Sala II de la Cámara Penal, donde confesó entre lágrimas la autoría de sus delitos y ante el juez Ernesto Kerman admitió que está dispuesto a purgar una condena de 10 años. El monto de la pena resultó del acuerdo que alcanzó con la fiscal Leticia Ferrón de Rago a través de su defensor César Jofré.
El juez ahora, debe decidir si admite el acuerdo y qué pena aplicar al confeso abusador.
Un "pastor" juzgado por graves ultrajes sexuales a su hijastra
Un mendocino de 61 años que se radicó en Iglesia y dice ser pastor de una religión, comenzó ayer a ser juzgado en la Sala II la Cámara Penal, acusado de abusar y cometer graves ultrajes sexuales contra su hijastra desde que tenía 7 años y hasta que tuvo 15 y el caso fue denunciado, en mayo de 2018.
En la primera audiencia del juicio oral, el acusado (no mencionado para preservar a la menor) negó ante el juez Juan Carlos Peluc Noguera y la fiscal Leticia Ferrón de Rago, haber cometido acto delictivo alguno contra su propia hijastra, dijeron fuentes judiciales.
En su relato, hasta deslizó que pudieron armarle una causa judicial a causa de su actividad religiosa, indicaron.
Los delitos que le atribuyen al sospechoso no llegaron a la violación de la niña.