Para el fiscal Mariano Juárez Prieto y el ayudante fiscal Rodrigo Cabral (UFI Anivi), no había dudas: el obrero de 57 años debía ser condenado a 7 años por el grave ultraje sexual que había cometido contra su propia sobrina y ahijada con retraso mental cuando tenía 15 años (hoy tiene 27). Por el contrario, el defensor Horacio Merino había cuestionado el planteo acusatorio y había considerado que su cliente debía ser absuelto.
Pero ayer el magistrado que dirigió el juicio contra ese jornalero que llegó libre al debate, Eugenio Barbera (h), entendió que solo cabía aplicar una salida al caso: la absolución del acusado por la prescripción de la acción penal. En otras palabras, entendió que debía ser desligado porque cuando ocurrió el supuesto delito, regía una ley penal más favorable al imputado, por la cual se consideraban vencidos los plazos para investigar y condenar.
El caso había sido denunciado por una hermana de la joven discapacitada, el 17 de noviembre del año pasado. Fue después de que la "víctima" le contara en una carta que había sido ultrajada con prácticas sexuales por su padrino de bautismo. En otra carta también les comentó esa situación a sus maestras en la escuela especial a la que concurre. El detonante de esas misivas, habría sido un nuevo intento de ataque sexual por parte del sospechoso, indicaron.
Luego de conocer los fundamentos de la sentencia, Fiscalía podrá impugnarla y pedir que un tribunal superior la revise con la intención de revertirla.