Si ya es algo serio que lo haya denunciado su sobrina de 16 años por abuso sexual, más grave es que ahora lo acuse su propia hijastra, de la misma edad, por haberla violada en reiteradas ocasiones desde hace dos años. El hombre en cuestión es un changarín de 39 años que, después de esta última denuncia, desapareció de su casa en Rivadavia y permaneció prófugo por varios días hasta que los policías de la Seccional 34ta lo detuvieron en Caucete.

El hombre, cuya identidad no se revela para preservar a las dos jovencitas (son sus familiares), ahora está preso en la Seccional 34ta de La Bebida en Rivadavia por disposición del juez Alberto Benito Ortíz, titular del Primer Juzgado de Instrucción, que lo investiga por un delito contra la integridad sexual. A esta causa se le suma otra iniciada a fines de mayo en el Quinto Juzgado de Instrucción por presunto abuso sexual, confirmaron fuentes judiciales y policiales.

Ese primer hecho se dio cuando el sospechoso fue de visita a la casa de una prima suya, en un lote hogar de La Bebida, y supuestamente manoseó a su sobrina de 16 años, según fuentes del caso. La mamá de la adolescente se enteró y radicó la denuncia en la Seccional 34ta. Como se trataba de un posible caso de abuso sexual simple, el juez de la causa dispuso una serie estudios antes de tomar alguna medida contra el sospechoso y es por eso que él continuó libre.

Su situación se complicó más a mediado de mes cuando su concubina lo denunció en la misma comisaría por abusar de su hijastra. Todo estalló tras una discusión con esa jovencita de 16 años, dijeron. La chica contó que, desde que tenía 14 años, su padrastro la sometía sexualmente mediante amenazas, según versiones. Un examen médico indica que tiene rotura de himen de vieja data. Desatado el escándalo, el sujeto se marchó de la casa. El juez Ortíz ordenó su detención y los policías de la Seccional 34ta lo buscaron durante estos días hasta lo apresaron el martes último en el Bº Marayes de Caucete.