Angel Roberto Mateo (39) había iniciado un turno tranquilo en el interno 52 de la línea 27 de la empresa "La Positiva". Cuando la penumbra agonizaba, alrededor de las 7 de ayer, circulaba con una pasajera por avenida Córdoba al Oeste, hasta que una luz llamó su atención: alcanzó a girar la vista hacia el Sur por calle Antequeda, en Desamparados, Capital, pero entonces la luz se le vino encima de golpe, desapareció y en el acto sintió un fuerte impacto en la parte trasera de la unidad. Cuando Mateo bajó lo que ya suponía se convertía en una dolorosa realidad: el golpe era de un motociclista que yacía en el asfalto sin ninguna chance, dijeron voceros ligados al chofer.
Según la policía, tan violento fue el impacto de la víctima, que no lo salvó ni siquiera el hecho de llevar el casco puesto.
"Si no le pegaba al micro seguro que se estrellaba contra un poste o una pared, venía muy rápido", habría dicho el chofer a su entorno. Y en la policía ayer estaban convencidos de que esa suposición tenía todo el crédito, porque en el asfalto no había huellas de frenadas de la moto.
En principio se creyó que la víctima había sido Diego Olivares, porque la tarjeta verde que encontraron a la víctima en su poder tenía ese nombre. Más tarde se supo que el fallecido era en realidad Roberto Raúl Olivares (35 años, padre de cuatro chicos de 16, 14, 11 y 7 años), que andaba en la moto Honda 250cc. de su hermano Diego.
"Anoche me pidió la moto y salió. No me dijo donde iba, la verdad que no sé de donde venía", dijo Diego a este diario en su casa del barrio Aramburu, Rivadavia, conmocionado, igual que el resto de su numerosa familia: Raúl era el mayor de los varones y uno de los 9 hermanos Olivares.
En la policía no descartaban ayer que la víctima hubiera pasado la noche divirtiéndose o que el conductor hubiera sufrido alguna descompensación que lo llevara a perder el control de la moto cuando transitaba a elevada velocidad, al parecer, de regreso hacia su casa.
La tragedia es la segunda que le toca de muy cerca a Mateo en sus 14 años de colectivero: sus allegados dijeron ayer que años atrás, cuando transitaba por calle Pellegrini cerca del camping de UDAP, en Rivadavia, otro motociclista chocó contra el micro que guiaba y se mató estrellándose contra un árbol.

