A casa. La joven acusada pudo volver a su casa luego de casi 2 años de estar encerrada, acusada de abusar de su propio hijo. La sentencia a su favor aún no está firme.

 

El juez de la Sala I de la Cámara Penal, Juan Carlos Caballero Vidal (h), tuvo dudas de que una joven de 33 años hubiera cometido graves ultrajes sexuales contra su propio hijo cuando tenía 6 años (se sospechó que incluso utilizó un lápiz). Y como manda la ley, tomó la única decisión que cabía: en caso de duda, se debe fallar a favor del imputado. Por eso ayer, la mujer pudo recuperar su libertad luego de pasar casi 2 años presa: había sido detenida el 1 de noviembre de 2016. "Fue un fallo ajustado a derecho. Lo más importante de todo esto es que mi clienta está dispuesta a someterse a un tratamiento psicológico para recuperar a su hijo", dijo ayer el defensor Maximiliano Orozco, quien había atribuido la denuncia del caso al ex de su asistida, un expolicía echado de la Fuerza.

 

En la vereda opuesta quedaron la fiscal Marcela Torres y la abogada que representa al padre del menor, Marcela De la Vega. Ambas anticiparon que reclamarán ante la Corte de Justicia para revertir el fallo que calificaron de "arbitrario".

Fiscalía y parte querellante anticiparon que reclamarán ante la Corte de Justicia.

"Hubo una arbitrariedad manifiesta en favor de la defensa. La Corte deberá conocer las irregularidades cometidas porque se privilegió un informe (un psicodiagnóstico realizado durante el juicio) que no debió realizarse porque implicó revictimizar al menor, en desmedro de la evidencia científica aportada por profesionales del Anivi y la Secretaría Social", dijo la fiscal de Cámara Marcela Torres.

 

"Lo que menos se evaluó fue el interés y la conducta del niño. Estoy avergonzada de la Justicia", aseguró a su turno la abogada de la parte querellante Marcela De la Vega.

 

La fiscal, con apoyo de la parte querellante, había pedido la nulidad del psicodiagnóstico del menor en el que se concluyó que no presentaba signos de abuso y sí un cuadro similar al de un chico autista. También pidieron investigar a una mujer por falso testimonio, pero no tuvieron éxito en sus planteos.

 

Ambas habían apoyado su pedido de condenar a 10 años a la acusada, en el informe de la Cámara Gesell con la entrevista al menor (ahí mencionó que su mamá lo pinchaba con un lápiz en el agujerito) y también en el informe de la acusada sobre el conocido trastorno de personalidad llamado "bordeline".