Eduardo Díaz (28) se había levantado a las 4 de la mañana del viernes para ir a trabajar a una fábrica y sobre las 2 de la tarde volvió a su casa en la Villa Cenobia Bustos, Rawson. Estaba cansado y no tuvo tiempo de recostarse un poco, porque los problemas respiratorios de su mujer y madre de su nena, Yésica Silva, lo obligaron a montarse con ella otra vez en su moto Gilera Smash 110cc rumbo al centro sanitario más cercano, el René Favaloro, más conocido por los rawsinos como ‘La Rotonda’. Allí llegaron como a las 4 de la tarde y, sabedor del acecho de los delincuentes, Eduardo se tomó la precaución de salir a ver la moto. Lo hizo dos veces y en ambas ocasiones vio a un sujeto sentado, cerca, pero no le despertó sospechas. Pero esa mínima tranquilidad fue lo que buscaba el ladrón que sustrajo la Gilera al primer descuido de su dueño. Cuando Eduardo salió por tercera vez, la moto ya no estaba.
Se molestó bastante pero al cabo de unos minutos, cuando entendió que ya no la hallaría, dio una vuelta de página y se concentró en el estado de salud de su pareja, al fin, lo que más le interesaba.
Pero el delito no terminaría en el simple robo, pues sobre las 21, los policías de Villa Hipódromo debieron usar su matafuego para apagar una moto que ardía en Dominguito y Las Palmas. Resultó ser la Gilera de Díaz, esa que había comprado usada con el esfuerzo de su trabajo en 2014. Por el caso ayer, no había detenidos. Investiga el hecho la Seccional 6ta de Rawson.