Libertad por absolución o dura condena. Esas dos alternativas enfrentará hoy un sujeto de 52 años, que ayer escuchó las posturas a favor y en contra en la causa que lo tiene como único sospechoso de haber cometido, durante años, graves delitos sexuales contra su hijastra, incluido un embarazo frustrado por un aborto cuando tenía 16 años. Ante el juez Eugenio Barbera (Sala III, Cámara Penal) el abogado de la víctima, Daniel Terusi, pidió que sea condenado a 27 años de cárcel. La fiscal Ana Lía Larrea pidió 25 años de pena, por al menos cuatro violaciones agravadas por haber sido el encargado de la guarda de la niña y la situación de convivencia.
El defensor oficial Carlos Reiloba criticó, en cambio, cada prueba del caso y pidió al juez la absolución de su defendido. Según fuentes judiciales, cuestionó por contradictoria a la propia víctima, habló de la ausencia clave de dos informes médicos, uno que acreditara lo del aborto y otro que informara sobre si la chica era o no virgen. Y también se apoyó en el informe de la primera psicóloga que la entrevistó y que no encontró en ella signos de abuso sexual, dijeron fuentes judiciales.
Hoy escucharán por última vez al acusado y habrá veredicto.
DOS DENUNCIAS
El caso tuvo dos denuncias. Una que puso el padre biológico de la niña el 5 de septiembre de 2014, cuando tenía 15 años y acusó a su padrastro de manosearla, porque eso le había contado otra hija mayor. Pero la causa no prosperó ya que la misma niña negó en Cámara Gesell haber sido abusada, dijeron las fuentes.
La otra denuncia la puso la misma víctima el 27 de marzo de 2017. Entonces aseguró que en realidad era abusada desde que tenía 6 años, cuando el sospechoso se metía a su cama, la abrazaba, la besaba en la boca y le decía que cuando fuera grande sería su novia.
También dijo que cuando tenía 12 años fue violada por primera vez y que esos ultrajes se repitieron al menos dos veces por semana cuando su mamá no estaba. Y que a los 16 quedó embarazada pero perdió el bebé fruto de esos vejámenes, que soportaba porque el acusado la amenazaba con cortarle el estudio del instrumento musical que a ella le apasiona o que su madre iba a morir de un infarto si lo sabía.
Sin embargo cuando tuvo 18 años denunció el caso, pidió una medida de protección, aportó un video casero donde -según Fiscalía- conversa con su padrastro sobre las relaciones sexuales que mantuvieron y el bebé que perdió en un aborto espontáneo.
Entonces una psicóloga que la entrevistó, concluyó que la chica no mentía. Otro psicólogo que analizó al imputado estableció que es alguien con rasgos psicopáticos y perversos, que no siente culpa, angustia ni arrepentimiento. Y que visualiza al otro como un objeto en el que puede descargar su propia satisfacción.
Hoy, el juez escuchará las últimas palabras del acusado y dará a conocer su veredicto.