Cerca de las 15 del lunes Mayra Espinar (31) tuvo un mal presentimiento cuando advirtió que un sujeto miraba fijamente desde la calle. Sospechó un robo y eso se confirmó por la noche, a eso de las 21.15, cuando un delincuente supuestamente armado entró a la distribuidora y se llevó la caja registradora con unos $50.000 y aparte otros $30.000 que tenía ella en la mano. "Le pegaba con el palo porque intentaba defender nuestro trabajo, da mucha bronca", dijo ayer la comerciante, quien reconoció que fue muy valiente al corretear más de una cuadra al ladrón, hasta que se subió a la moto de su cómplice.

 

Espinar es propietaria del local junto a su pareja, Cristian Aguilar (32). Está ubicado en la calle Díaz, al Sur de Centenario, en Chimbas, y cuenta con varias medidas de seguridad: cámaras, la puerta de ingreso no tiene picaporte del lado de afuera y los dueños atienden por la ventana, de día y de noche. Pero nada impidió el asalto: el ladrón, encapuchado y con cuellera, abrió la puerta con una pinza y una vez adentro amenazó a Espinar, a un empleado y a una cuñada que un rato antes le había dado $30.000 para que se los guardara. "Tenía una mano debajo de la campera y hacía como que tenía un arma, pero para mí era la pinza.

 

Cuando me doy cuenta de eso pillé el secador de piso", sostuvo la mujer. En el registro de las cámaras se puede ver cuando el delincuente sale con la caja registradora bajo el brazo, y a Espinar dándole palazos por la espalda y la cabeza. "Lo correteé hasta que se subió a la moto. Ahí forcejeé con los dos y les tuve que tirar el palo porque podía quedar enganchada y me iban a arrastrar", agregó. Los motochorros finalmente escaparon. "Esto te tira para abajo. Fue un día de muchas ventas y nos dejaron sin nada", indicó Aguilar. Consuelo: la Policía detuvo a un sospechoso de apellido Riveros (32) y le secuestró casi $70.000 y una moto Yamaha 110cc.