Una mujer embarazada, a punto de dar a luz, terminó con su bebé muerto después de que le negaron una ambulancia para trasladarla en un hospital de Formosa y su pareja tuvo que llevarla 5 kilómetros en moto. Pero la pesadilla no terminó ahí: antes de informarle lo que había sucedido, fue derivada a otros dos centros de salud.
En medio de la polémica que engloba a esta provincia, en torno a las estrictas medidas restrictivas impuestas por la emergencia sanitaria que dejaron más de 8000 varados, esta pareja formoseña denuncia que fueron víctimas de negligencia y desamparo por parte del personal sanitario.
La terrible situación tuvo lugar el domingo 15 de noviembre, en la localidad de Laguna Naineck, en el departamento de Pilcomayo. Romina Ojeda entró en trabajo de parto y su esposo Silvio Paredes llamó al hospital local para pedir una ambulancia, pero se la negaron.
“Mi señora estaba embarazada, llamé a la ambulancia de Laguna Naineck y me dijeron que no iban a venir. Hice cinco intentos, no me hicieron caso”, contó el hombre en diálogo con el portal de noticias El Comercial. A su vez, Paredes señaló que un enfermero le respondió que llevara a la mujer “como pudiera” hasta el hospital.
Sin otros medios para hacerlo, la pareja se subió a su moto y se dirigió lo más rápido que pudo hacia el centro de salud. “No me quedó otra”, se lamentó Paredes. Según contó el hombre, tuvieron que trasladarse cinco kilómetros, por un camino de tierra, con pozos, desde Villa Lucero a Laguna Naineck. “No me preguntaron si el camino estaba feo, si tenía medios para llegar, me dijeron la tenés que traer acá a tu señora y después la derivamos a Laguna Blanca”, agregó.
Una vez en el hospital de Naineck, a Ojeda le tomaron la presión y le aseguraron que todo estaba bien. Esto hizo presumir a la pareja que su bebé estaba vivo. En ese momento, también les informaron que debían derivarlos al hospital de Laguna Blanca, porque allí, solo contaban con un enfermero.
Paredes explicó que lo que antes era el hospital de Naineck, “ahora es una salita” y que “los domingos no viene nadie”.
Para mayor indignación, tampoco les brindaron traslado hasta Laguna Blanca, tuvieron que movilizarse por su cuenta. Cuando llegaron al centro de salud, les informaron que su bebé no presentaba signos vitales.
“Yo lo sentía a mi bebé moviéndose en mi panza, pero me dijeron que no escuchaban supuestamente sus latidos. Me hicieron una ecografía, pero no la hicieron bien”, señaló Ojeda, y denunció: “Yo lo sentía, ahí nomás me tenían que operar de urgencia”.
La mujer contó que allí solo le pusieron suero y le avisaron que debían trasladarla otra vez, en esta oportunidad a un hospital de la ciudad de Formosa, donde le practicarían una cesárea. “En vez de hacerle la cesárea en Laguna Blanca, la enviaron al hospital de Formosa para zafarse de ella, por ello recurro a los medios para que escuchen esto. Estoy muy mal, perdí a mi bebé que iba a ser un varoncito”, se lamentó Paredes en diálogo con el medio formoseño.
“Nos dan órdenes para que los pacientes vayamos como podamos, como perros, a pie o en moto, no les importa un carajo lo que nos pase a los que vivimos en el campo”, reclamó Paredes en diálogo con Naineck Prensa Digital, y aseguró: “No sé si fue porque la llevé en moto a mi mujer que tuvo este problema y esta pérdida, por eso quiero que toda la gente sepa de esta queja que estoy haciendo con todo el dolor de mi corazón por mi bebe fallecido y porque no deseo que le suceda lo mismo a otra persona”.
El hombre señaló que su esposa “se hizo todos los controles”. Pero informó que siempre que los tenía “en el hospital le decían que la máquina estaba descompuesta”. Durante los meses de gestación, le realizaron solo dos ecografías y jamás le informaron de cuántos meses estaba.
Durante una conferencia de prensa por la Semana del Prematuro, celebrada el miércoles 18, el director del hospital La Madre y El Niño de la capital provincial, Víctor Fernández, fue consultado por el caso por la prensa local y aseguró que el bebé llevaba más de 48 horas sin signos vitales.
La autoridad del establecimiento de salud contradijo a los padres, y advirtió: “Entiendo lo que es su dolor de perder un hijo por nacer pero tenemos los resultados de la cesárea de este embarazo en donde se obtiene un producto masculino de tres kilos doscientos sesenta pero es macerado”, sobre este último concepto explicó que significa que “hacía más de 48 horas que no tenía latidos”.
En las redes sociales, el uso de la palabra “producto” para referirse al feto, en un momento tan doloroso para la familia que sufrió la pérdida generó indignación entre los usuarios.
Las autoridades del hospital de Naineck también salieron a responderle a la familia por la denuncia en su contra. El director del centro de salud, Gregorio Bertuol, negó que el bebé haya muerto por negligencia médica.
“De ninguna manera es cierto todo lo que se dice, ya en el informe se ha demostrado que lamentablemente ese bebé ya estaba fallecido en la panza de su mamá y no porque no se le trajo o no se le buscó en ambulancia falleció, es una falacia”, indicó en declaraciones a la radio FM 88.5 Dimensión.
Y agregó: “Estamos convencidos de que hacemos lo imposible para el bienestar de nuestra comunidad. Estas cosas que pasaron no van a empañar el gran trabajo que hacemos nosotros los de salud acá en la localidad”.
Paredes advirtió que pedirá Justicia “hasta las últimas consecuencias” porque no quiere que esto quede en la nada. “Que no le pase más a nadie, hay muchos embarazos acá en la región”, reconoció.
Formosa: murió y cinco meses después su viuda recibió la autorización que lo dejaba ingresar
Otro episodio indignante tuvo lugar este fin de semana en la misma provincia. Un formoseño con cáncer, que se realizaba un tratamiento oncológico en Chaco y quiso regresar a su provincia para estar con su familia, murió sin poder volver a su casa.
Por las restricciones del aislamiento por la pandemia de coronavirus no lo autorizaron a entrar, pese a que cumplía con todos los requisitos. Ahora, cinco meses después, su viuda recibió por WhatsApp un mensaje de las autoridades provinciales donde autorizan a su marido a poder volver.
“No hubo forma de despedirnos”, contó el hermano del hombre a TN.
Víctor Daniel Mayorquin tenía 44 años, estaba casado y era papá de dos hijos, de 7 y 3 años. Era sargento ayudante de la policía de Formosa y viajó el 5 de mayo a la ciudad chaqueña de Resistencia para realizarse un tratamiento de radioterapia. El 11 de junio, cunado terminó con las 25 sesiones pautadas, comenzó con los trámites para poder volver a Formosa al día siguiente pero allí se topó con una traba: no le autorizaron el ingreso.
Francisco, su hermano, contó a Nuestra tarde (TN) todo lo que debió pasar su familiar. Víctor cumplía con todos los requisitos para poder ingresar, era formoseño con domicilio en la provincia y tenía todos los estudios que marcaban que debía regresar para seguir con los estudios de alta complejidad, pero jamás lo autorizaron. “Nosotros hicimos todo lo posible para que él vuelva porque se trataba de su salud, de su vida. El 30 de junio se comunicó con nosotros y ya no estaba bien y el 3 de julio nos avisaron que murió. Estaba solo. Once días después nos dieron las cenizas”, relató Francisco.
Desde que comenzó la pandemia, más de 8000 formoseños se encuentran varados sin poder ingresar a la provincia gobernada por Gildo Insfrán. Casi ocho meses después, un fallo de la Corte Suprema le ordenó al mandatario que les permita entrar. Fue ante un amparo colectivo presentado por damnificados por las limitaciones a la libre circulación de personas que impusieron las autoridades.
El máximo tribunal de Justicia le dio un plazo máximo de 15 días hábiles, contados a partir del jueves 19 de noviembre, para concretar la medida con el cumplimiento de las normas sanitarias que estime pertinentes.
Insfrán indicó que acatará el fallo, aunque aclaró que la decisión “impacta en una de las medidas sanitarias más estratégicas y más efectiva que hemos implementado hasta el momento”.
De esta manera hizo referencia al “Programa de Ingreso Ordenado y Administrado”, que estableció una serie de controles para la entrada de los formoseños que se encontraban en otros puntos del país, con la aceptación previa de ser trasladado a un Centro de Alojamiento Preventivo asignado, en un plazo a comunicar al interesado, entre otros requisitos. Sin embargo, pese al fallo, denuncian que hay trabas para hacer efectiva la medida.