La denuncia que hizo un médico legista por supuestos apremios ilegales de policías contra dos detenidos mediante el uso de picanas eléctricas, puso al descubierto la existencia de estos artefactos, conocidos como una herramienta de tortura en los años negros de la dictadura y que hoy tiene sus versiones más pequeñas y sofisticadas que están al alcance de cualquier persona y a un precio accesible en el mercado. DIARIO DE CUYO constató que, aunque algunos comerciantes nieguen que las vendan, se puede adquirir en la provincia y también a través de internet como un simple accesorio.

El caso denunciado el 20 de junio pasado instaló la sospecha de que algunos policías podrían estar utilizando estos artefactos con detenidos, siendo que su uso está prohibido en la fuerza, afirmaron fuentes judiciales y policiales. De hecho, el juez que investiga los presuntos apremios ilegales podría citar a declarar en estos días a los policías del Comando Radioeléctrico que intervinieron en las detenciones de un adolescente de 17 años de Rawson y de un joven de Rivadavia que aseguraron que recibieron descargas eléctricas estando esposados. El primero -tenía quemaduras en distintas partes del cuerpo- contó que fue "picaneado" dentro de un patrullero, el otro cuando lo tenía en el piso.

Lejos está de aquel artesanal instrumento con cables que recibía corriente de una batería de auto con el que los militares y policías de la década del "70 torturaban a sus víctimas para hacerlas "hablar". Hoy también las llaman popularmente "picanas", pero se las conoce como armas de electroshock, pese a que un jefe policial afirmó que no se la puede considerar un arma.

La particularidad de estos artefactos que son de mano y pequeños (hay otras que se ocupan para el ganado) es que produce una descarga eléctrica en el cuerpo causando dolor, contracciones musculares y desorientación mental, según los catálogos. El golpe de corriente atraviesa la ropa, incluso el cuero, y puede provocar quemaduras en la piel. Las más conocidas (se las vio en muchas películas) son las Taser, que son las que largan dardos contra las personas y posteriormente una descarga eléctrica a través de unos cables, y otras son Stun-Gun, aquellos aparatos que dan corriente al tomar contacto con el cuerpo.

Estás últimas se ofrecen como un elemento de defensa personal y aparentemente es la que más se vende por su versatilidad y precio. En algunas páginas de internet aparecen en distintos modelos y calidad, sin ninguna restricción para su venta. Sólo basta con ser mayor de edad. Sin embargo, una comerciante sanjuanina del rubro armería aseguró que esos aparatos no son de venta libre y para adquirirlos deben registrarse en el Renar (Registro Nacional de Armas). Esta persona dijo que no las vendían, pese a eso DIARIO DE CUYO tomó contacto con una persona que confirmó que compró una "picana eléctrica" de mano a 400 pesos en ese negocio.

Lo concreto es que comprar una "picana" es sencillo. Al entrar a una conocida web se pueden ver las ofertas. Las hay en forma de un rectángulo que en uno de sus extremos tiene dos puntas metálicas por donde despide el golpe de corriente. También están aquellas que parecen una vara pequeña, la que imitan a una linterna, celular o hasta una manopla. Llevan pequeñas baterías, tienen cargadores y vienen con estuches o fundas para el cinto. Sus precios varían 75 a 400 pesos, según su función o la potencia. Y hasta las casas comerciantes las envían a domicilio. En todos los casos, remarcan que son para defensa personal y destacan su poder a la hora amedrentar a la otra persona.