"Es una tragedia que no tiene ninguna explicación". Desconsolado y haciendo un esfuerzo para no quebrarse, esas fueron las pocas palabras que salieron ayer de Marcos Capra al referirse a tragedia que le tocó vivir a su familia: Santiago, su pequeño sobrino de tan sólo 5 años, fue la única vida que se apagó el martes a las 18.30 cuando el auto en el que viajaba con sus padres, Diego Oscar Capra (34) y Gabriela Caputo (31), su hermanita Lourdes Capra (3) y su tía, Paola Betiana Caputo (29), sufriera un reventón en una rueda, provocando que volcaran en el km. 365 de la ruta nacional 20, entre los parajes La Chañarienta y Lomas Blancas, en el departamento Ayacucho, al Norte de la capital de San Luis.

Y desde ese minuto, su muerte destrozó a la familia Capra-Caputo. Tan inmenso fue el dolor de su pérdida, que sus familiares decidieron que los restos del chiquito no fueran velados y solicitaron expresamente que no se publicara ningún aviso fúnebre por Santiago. Es más, hasta los amigos de la familia se excusaron de hacer declaraciones.

Alrededor de las 16.30, los restos del pequeño fueron sepultados en el cementerio El Palmar, en Santa Lucía.

Así terminaba el viaje de placer de esa familia: en tragedia. Había sido un viaje de relax, un viaje planeado por Diego Capra con el objetivo de vivir unas cortas vacaciones junto a los suyos en Villa Dolores, Córdoba, la provincia que lo adoptó como estudiante de medicina y que lo vio especializarse como ginecólogo, contó su hermano Marcos, dolido.

Sobre el accidente, la principal hipótesis que manejaba la policía puntana es que la rueda trasera derecha del Chevrolet Aveo guiado por Capra, explotó y le hizo perder el control, desencadenando el vuelco, contó vía telefónica el oficial principal Jesús Farias, segundo jefe de la seccional de San Francisco, donde se investiga el accidente.

Supuestamente, Capra trató de dominar el rodado y lo llevó varios metros por el asfalto, hasta que en un momento el vehículo se cruzó de carril y pisó la banquina contraria. Allí el rodado dio al menos tres tumbos y quedó apoyado sobre el costado derecho. Casi todos los ocupantes quedaron conscientes y golpeados. El único que estaba malherido era Santiago, ya que el auto lo aprisionó, contó Farias.

Otros automovilistas se detuvieron y fueron los primeros en ayudar a los accidentados. Luego, el menor fue trasladado en grave estado al hospital Luján y falleció cuando era asistido por los médicos de ese centro de salud.

"Por las marcas que quedaron en la ruta y por cómo terminó de dañado el auto, estimamos que el hombre circulaba a una velocidad de entre los 100 y 130 kilómetros por hora. El pavimento de la ruta es nuevo y tal vez el sol que a esa hora había, le jugó una mala pasada. Pero son hipótesis que serán despejadas por la gente de Criminalística", precisó el oficial Farias.