Era un torbellino. Donde pasaba Evelyn dejaba una sonrisa. Con sus 4 añitos y siendo la menor de 4 hermanos, su impronta y simpatía provocaba que hiciera amigos rápidos. “La querían porque sociabilizaba con todo el mundo”, contó su mamá, Zahida Balmaceda (24).
La conmoción por la partida de Camila Evelyn Luna hizo brotar los recuerdos en su madre y algunas tías que esperaban este lunes por la mañana en la morgue del Hospital Rawson la entrega del cuerpo, previo paso por la morque judicial lindante al Marcial Quiroga.
“Le gustaba jugar todo el tiempo. Ella agarraba su bicicleta y se mandaba a andar por todos lados”, relató una de sus tías. La pequeña estaba entusiasmada porque iba a empezar la escuela.
La nena vivía con su mamá (están separados desde hace 3 años) y los fines de semana iba a la casa de su papá, Martín Luna, en el barrio Medalla Milagrosa, donde ocurrió el violento episodio.