Rastros. Policías de Criminalística buscaron ayer otras pistas en el lugar donde hallaron el cuerpo de la joven asesinada, para poder empezar a orientar la investigación.

 

 

Fue una mujer que salió con sus perros la que avisó al 911, a última hora del domingo. En realidad, a esa hora se animó, porque había visto el cuerpo mucho más temprano, alrededor de las 14 cuando los animales enfilaron hacia ese bulto parcialmente cubierto con restos de ropa y un pedazo de maceta sobre la cara. Cuando los policías llegaron a ese basural entre montículos de arena a unos metros de la esquina de Callejón Muñoz y Luna, en la zona de El Mogote, Chimbas, se toparon con un cuadro sin precedentes inmediatos: la víctima, al parecer una mujer joven (se estima entre 18 y 30 años) no tenía rostro porque se lo habían arrancado con algún elemento filoso. Tampoco tenía uno de sus ojos y sus brazos habían sido “despostados” a la altura del hombro, graficaron fuentes policiales. A simple vista, el cuerpo no tenía otras marcas de violencia (cuchillazos, balazos) y anoche los pesquisas esperaban ansiosos el resultado de la autopsia para empezar a atar los numerosos cabos sueltos del caso.

Estiman que llevaba al menos 2 días de muerta. Por la escasa cantidad de sangre hallada, creen que pudo ser asesinada en otro lugar y arrojada en la zona donde la encontraron, con una calza, bombacha, zapatillas y otras prendas. Y que él o los asesinos no quieren que se sepa quién es o al menos demorar la identificación para ganar tiempo. De hecho, en los últimos 15 años hubo cuatro crímenes (tres mujeres y un hombre) de personas que aún no se sabe quiénes fueron (ver página 10).

Que la hayan arrojado donde apareció es para algunos investigadores signo de que pudieron tener algún apuro. Para otros, una manera deliberada de hacer que el caso se conozca, tal vez como una suerte de mensaje mafioso.

El punto que más llama la atención de los policías es que nadie reclamara a una chica joven en las últimas horas en ninguna comisaría. Por eso no descartan que la víctima sea de otra provincia o que tal vez haya estado sometida en algún prostíbulo.

Una posibilidad de saber quién es, puede aportarla un cotejo de su dentadura (no afectada en el ataque homicida) con los registros que existan en la provincia, pero esa tarea puede demorar, confiaron.

Saber cómo la mataron puede ser un punto de partida para empezar a armar el rompecabezas.