En la escuela Fray Justo Santa María de Oro, los robos ya son algo cotidiano. Los hay graves, como la sustracción de la mayoría de las pantallas de gas que hay en las aulas para la calefacción de los 300 chicos del jardín y la primaria que concurren en la mañana. O como el de ayer, en el que se llevaron el centro musical usado en cada acto, el viejo televisor (unos 15 años de antigüedad) y el reproductor de DVD, muy necesarios para las clases con videos de los alumnos.
Entre los numerosos casos de ataques en el edificio de calle Alberdi, entre Tucumán y General Acha, hay también casos sorprendentes, como el robo de la imagen de una virgen (La Inmaculada Concepción) de la oficina de la dirección. O peligrosos, como la quema de un contenedor de plástico que causó un gran susto. O dañinos, como la vez que causaron destrozos en el jardín de infantes, o cuando rompieron todos los vidrios de un aula con botellas de vino y fernet.
En todos los casos, hay un denominador común: los ataques son posibles porque las medianeras del predio escolar son bajas, especialmente la del costado Oeste que además es de piedra y permite trepar sin dificultad. Ayer, la directora del colegio, Rosa Mazuelos de Tirao, rememoró que más de una vez pidió el levantamiento de esas paredes laterales y nunca tuvo solución: "hacer esa obra así es muy caro", asegura que le dijeron.
Precisamente por esa medianera entraron y se fueron ayer (el hecho lo descubrió a las 5,55 una portera). Y sin que la portera-casera escuchara nada, porque el golpe tuvo otra particularidad: los perros no ladraron. La secretaria escolar, Cora Sugasti, explicó que luego de subir la medianera, los delincuentes entraron sin problema a la galería previa al depósito donde estaban los aparatos, porque no hay llave: "le pusieron cerraduras para las elecciones, pero apenas terminaron las sacaron y se las llevaron", explicó.
Allanado el paso a la galería, el primer obstáculo serio fue la puerta del depósito, destruida sin problemas. Lo demás fue más fácil, acarrearon dos muebles sobre las ruedas que tienen y los abrieron ya más cerca de la medianera, el lugar de escape.
En la policía creían ayer que los perros no ladraron porque quizás conocían a los ladrones. Y no descartaban ningún sospechoso en el nuevo ataque, incluidos los alumnos de la secundaria Colegio Provincial de Concepción, que van ocupan el edificio por la tarde, o los del CENS 74 Juan Vucetich, que van a la noche.

