’Si mi papá sobrevivía hubiera quedado en estado vegetativo, porque había sido muy grande el daño que le habían hecho: le habían partido la cabeza, le habían arrancado una parte de la oreja izquierda, le quebraron la clavícula izquierda y ya había quedado ciego. ¡¿Cómo puede ser que le hayan hecho algo así a una persona de su edad?!, ahora espero que se haga justicia porque esto es muy indignante’. El que habló fue Jorge Pastrán, quebrado por la muerte de su papá pensionado Aldo Humberto, ocurrida en el Hospital Rawson el domingo alrededor de las 17 como consecuencia de un brutal ataque que sufrió en la casa que le prestaban en Oratoria y Benavídez, Chimbas. Allí lo había encontrado moribundo una vecina, la tarde del miércoles 10 de abril pasado, y desde entonces no pudo recuperarse.
Ahora, el caso es considerado legalmente un homicidio que ya tiene un sospechoso preso en la cárcel de Chimbas: Osvaldo Figueroa (56) un vecino del fallecido que negó de plano cualquier vinculación con ese ataque por supuestos problemas vecinales, cuando fue indagado en el Quinto Juzgado de Instrucción dirigido por la juez María Inés Rosselot.
Figueroa había sido detenido por policías de la Seccional 17ma al mando del comisario inspector Héctor Raúl Páez y del comisario Oscar Agüero, porque en la casa que le prestan (contigua a la ocupada por la víctima) encontraron un palo con el que habrían golpeado al anciano y también un pullover y una remera con manchas de sangre.
Fuentes policiales aseguraron que ahora sólo resta establecer si la sangre es de la víctima. También buscan a dos familiares de Figueroa (serían su hijo y un sobrino) que desaparecieron luego del ataque al anciano.
En la investigación quedó claro que a Pastrán no le robaron nada y todo parece indicar que hubo una discusión y un violento ataque por cuestiones vinculadas a la finca que ocupaba la víctima.

