La Corte de Justicia desestimó un planteo defensivo para atenuar la responsabilidad penal del carpintero a Jorge Quinteros con relación a un caso resonante: el crimen del empresario y excampeón sudamericano de patín carrera Antonio González, cometido delante de su hijo (se salvó por poco) la noche el 1 de julio de 2011 en sus oficinas de Libertador al 676 Oeste, Capital. Así, los ministros Adriana García Nieto, Guillermo De Sanctis y Marcelo Lima, confirmaron la pena de prisión perpetua sobre ese sujeto que durante casi 7 años se mantuvo prófugo, hasta que fue capturado en La Rioja. Y dejaron en pie la sentencia de los jueces Miguel Dávila Safe, Matías Parrón y Benedicto Correa (Sala I, Cámara Penal) sobre otro punto no menor: la adhesión al pedido de la fiscal Marcela Torres, para que se investigue a Francisco Morales y se vuelva a investigar al exdiputado provincial y prestamista Héctor "Willy" Tejada. Tejada ya fue sobreseído por ese hecho, pero el propio Quinteros, cuando declaró, lo volvió a poner en el centro de las sospechas igual que a Morales.

La defensa planteaba que Quinteros tuvo una participación secundaria en el homicidio

De Tejada dijo que encargó en persona "el apriete" contra González (Fiscalía sostuvo directamente que lo mandó a matar), porque le debía plata. Es más, aseguró que luego del hecho a él le dio dinero por un tiempo, "hasta que se le lavaron las manos conmigo". En ese supuesto desaire, también involucró a Jorge Rezinovski (condenado a 5 años por encubrimiento) y mencionó que un cuñado de este prestamista, Morales, fue el que condujo el auto la noche en que fueron a ejecutar el supuesto apriete y su sobrino, Ramón "Ramoncito" Guevara (36 años, ya le dieron perpetua) descerrajó 3 tiros contra González, uno de los cuales le perforó la frente y lo fulminó.

Tejada: aún en la mira. Para Fiscalía, "Willy" Tejada sigue siendo sospechoso. Un juez deberá determinar si eso es así o no, porque ya fue sobreseído.

 

Aquella vez, "Ramoncito" entró con una pistola 9 mm y forcejeó con el hijo de la víctima, Emanuel, hasta que apareció su padre y no lo dudó: disparó a quemarropa. Como el forcejeo continuó, ingresó Quinteros con un cuchillo y amenazó al joven, que usaba a "Ramoncito" de escudo para evitar ser acuchillado.

La defensa pretendía que la Corte considerara probado que Quinteros sólo tuvo una participación secundaria en el homicidio, pero el máximo tribunal rechazó el planteo.