Claudia Antonella Moya seguirá presa.

 

La Corte de Justicia confirmó la condena impuesta el 9 de agosto de 2018 contra Claudia Moya (25) por el homicidio agravado por el vínculo de su esposo Alfredo Turcumán (28), cuyo castigo previsto por ley es perpetua, aunque en su caso se le fijó en 15 años de cárcel por circunstancias excepcionales de atenuación, como la conflictiva y violenta relación que mantuvieron en 17 meses de convivencia, dijeron fuentes judiciales. En su fallo, los ministros Horacio De Sanctis, Ángel Medina Palá y Adriana García Nieto, descartaron que en el caso hubiera existido una situación de legítima defensa o que no se analizaran los hechos desde una perspectiva de género (violencia contra la mujer), tal como sostuvo el defensor oficial, Carlos Reiloba, al momento de reclamar al máximo tribunal la anulación del fallo de la Sala III de la Cámara Penal y la absolución de su defendida, dijeron fuentes judiciales.

Los ministros criticaron al defensor por esa "deslealtad procesal", al plantear esos argumentos recién ahora y no en otras etapas del caso, aunque igual analizaron las pruebas (testimonios, pericias médicas, psicológicas) y llegaron a la conclusión de que ninguna de esas hipótesis jurídicas se habían dado en la resonante causa.

"Fíjese que la protección jurídica de la mujer, que pregona la normativa aludida, está referida a la igualdad con los derechos del hombre a fin de evitar cualquier acto de discriminación. Precisamente no se postula un trato desigual (…). Una genuina valoración con perspectiva de género no equivale ni funciona como un eximente automático de pena", dijo en su voto De Sanctis, quien en un caso reciente (el de Víctor Medina Jordá) había criticado también que se usara la perspectiva de género como sinónimo de encarcelamiento del hombre, sin resolver cada caso según las normas vigentes.

Alfredo Turcumán quedó letalmente herido el 13 de junio de 2017, cuando volvía con su esposa Moya a la casa que alquilaban en Trinidad, Capital. Allí, sufrió un certero puntazo que perforó 7 centímetros en su pecho y dañó su corazón. Murió nueve días después, el 22 de junio. Apenas ocurrió el hecho, Moya llamó a la Policía y mencionó que se había lastimado queriendo arreglar una puerta. También le mencionó eso a otros testigos. Pero cuando empezaron a sospechar de ella y quedó presa nada dijo, hasta el día del juicio, cuando habló de que Turcumán se le abalanzó en medio de una discusión y ella tomó un cuchillo, para defenderse y defender al bebé que gestaba (entonces de 4 meses).

Sin embargo los fiscales José Eduardo Mallea y Claudia Salica entendieron que la joven armó un relato a su favor tras conocer todas las pruebas del caso. Y reclamaron perpetua porque, en su opinión, se probó que ella era la violenta de la relación.

"Si bien no era nuestra expectativa de pena (reclamaban perpetua) estamos conformes con la calificación del delito y la resolución de la Corte, quedó acreditado que ella era la conflictiva", dijo Mario Padilla, abogado de la familia Turcumán.