Los Gamboa no sólo tienen en común el apellido. A los vínculos de sangre entre Roberto Gustavo Gamboa (46) y sus hijos Gustavo Exequiel (23) y Braian Gabriel (22), le suman sus múltiples caídas en la Policía, básicamente por delitos contra la propiedad ajena. Y algo mucho más grave, la acusación de haber sido cómplices en un hecho aberrante: haber atacado de 35 puntazos a un joven haciéndolo sufrir hasta darle muerte, la madrugada del 19 de abril de 2015. Esa vez, la víctima, Ezequiel Lucas Flores Oviedo (18 años, le decían "Furia" e integraba una tribu punk) apareció muerto en la terraza del monoblock 3 del barrio República del Líbano.
A los Gamboa les atribuyen un crimen doblemente agravado, por ensañamiento (hacer sufrir) y el número de personas. La pena para ese delito es perpetua.
En la primera audiencia del juicio oral y público que comenzó ayer en la Sala I de la Cámara Penal, los tres acusados de ese homicidio se negaron a dar su versión. Por esa razón se leyó la declaración que había dado durante la investigación sólo el jefe de familia, en la que intentó desligarse, igual que a sus hijos.
Sólo tres de los Gamboa llegaron a juicio, pero los implicados son cuatro: otro de los hijos de Roberto, Matías, será sometido a un proceso en la Justicia de Menores pues tenía 17 años al momento de aquel brutal episodio.
Los Gamboa quedaron en la mira de la investigación por el crimen porque la mayoría de ellos, incluida la esposa de Roberto, había protagonizado una pelea con la víctima a primera hora de aquel 19 de abril. Esa vez, el "Furia" los trató de traficantes y ladrones -según la acusación- y en respuesta recibió golpes, insultos y amenazas de muerte.
Luego de esa pelea fue que el "Furia" apareció muerto en una terraza del barrio República del Líbano. Ayer declararon los médicos que revisaron a la víctima y los policías que participaron en la investigación. Hoy, más testigos.