Un jurado popular empezó ayer a juzgar a seis policías cordobeses por el crimen del adolescente Joaquín Paredes (15) y las heridas provocadas a un amigo de la misma edad, durante un operativo realizado el 25 de octubre de 2020, en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), por la pandemia de coronavirus, en la localidad de Paso Viejo.

Los acusados enfrentan distintos cargos, ya que a sólo uno de ellos se le atribuye homicidio y lesiones graves, mientras que otros cuatro están imputados por lesiones graves, omisión de los deberes, disparo de arma de fuego y amenazas calificadas.

El debate se realiza en un tribunal de la ciudad de Cruz del Eje, en el noreste provincial. Allí, la madre de Joaquín, Soledad, llegó acompañada por familiares y amigos de su hijo, además de integrantes de asociaciones de familiares de víctimas que viajaron para acompañarla.

"Por fin llegó el día. Estoy con muchos nervios porque le tuve que conocer la cara al asesino de mi hijo y a otros dos policías que no conocía. Están ahí como si nada hubiesen hecho. Me pone mal, me duele, pero no voy a caer, no voy a bajar los brazos, voy a estar más fuerte que nunca y queremos que se haga justicia por Joaquín para que pueda descansar en paz", dijo a la prensa la mamá de la víctima.

El crimen del jovencito ocurrió entre las 4.30 y las 4.50 del 25 de octubre de 2020, cuando Joaquín, Brian Villada y otros doce jóvenes escuchaban música y bebían en las inmediaciones del dispensario local, ubicado en calle Luis Nieto s/n, entre calles Malvinas Argentinas y Agustín Tosco, de Paso Viejo.

En esas circunstancias, llegaron al lugar policías a bordo de tres móviles con el fin de controlar a los jóvenes y solicitarles que se retiraran del lugar. Los rodearon y, según la acusación, los trataron con violencia.

Pero entonces se generó una discusión, que terminó de la peor forma, pues los policías comenzaron a los tiros y uno de los chicos quedó sentenciado para siempre.