Los jueces de la Sala I de la Cámara en lo Penal y Correccional declararán abierto hoy el juicio contra Rodolfo Serrano (36 años señalado como experto en artes marciales) quien está sospechado de matar de cuatro tiros a un joven trabajador en la plaza Hipólito Yrigoyen (más conocida como "La Joroba"), en Capital, luego de una discusión y una pelea, dijeron fuentes judiciales.
La situación de Serrano es complicada porque varios testigos presenciaron el ataque. Por eso no se descarta que el imputado admita su responsabilidad en el crimen y también la pena que eventualmente acuerde con el fiscal, si acaso su defensa considera innecesario el desgaste de un juicio común y opta por uno abreviado a cambio de una reducción en los años de castigo que podrían darle, dijeron fuentes judiciales. La otra opción es un juicio común, que se haría en caso de que la defensa rechace una eventual propuesta de fiscalía.
La víctima de Serrano fue Luis Ruiz, un joven que tenía 27 años y trabajaba arreglando motos y como personal de vigilancia privada en los talleres de una empresa de micros. Era también padre de dos hijos pequeños y vivía en el barrio Neuquén, Rawson.
Ruiz murió alrededor de las 5 de la mañana del 26 de enero de 2008 a metros de un carro panchero en la plaza "La Joroba", en la esquina de 9 de Julio y General Acha, Capital.
Según la investigación, esa madrugada Serrano empezó la discusión con la víctima y fue el primero en golpear, antes de emprender el escape por la intervención de un tío y un amigo de Ruiz. Lo que nadie imaginaba -según el expediente- es que cinco minutos después, Serrano volvería con una pistola Bersa calibre 380 y atacaría a tiros a su ocasional Rival, para luego huir otra vez a toda carrera.
Minutos después del ataque, la policía llegó a la pensión donde vivía Serrano a dos cuadras del lugar del ataque, en calle Brasil casi Mendoza. Allí encontraron varias armas blancas usadas en artes marciales y también a un sujeto muy distinto al que buscaban: uno recién afeitado y rapado, en lugar de uno pelo largo y barbado. Era Serrano, dispuesto ya a intentar eludir su captura.
