Un jubilado de 68 años que estaba excarcelado luego de una primera acusación, en la que se le imputó haber violado a dos nietos durante años cuando eran niños (hoy el varón tiene 18, su hermana 19), terminó preso ayer por orden de la jueza de Garantías Gema Guerrero, tras el pedido de la ayudante fiscal de la UFI Cavig Erica Funes. Uno de los motivos fundamentales para detener al acusado preventivamente durante 4 meses fue la ampliación de la acusación en su contra, pues ayer Fiscalía relató los hechos que tuvieron como víctimas a otras dos nietas (hoy de 14 y 15 años) que dijeron en Cámara Gesell haber sido manoseadas por su abuelo cuando tenían entre 7 y 8 años. La detención fue celebrada por la familia de las víctimas, que en el proceso son representadas por el abogado Martín Torcivia.
La audiencia de ayer tuvo un áspero cruce entre el defensor Rodrigo Aguirre (asiste al imputado con su hermano Fernando) y la jueza, quien le ordenó salir de la sala de audiencias cuando el letrado levantó la voz para argumentar que Fiscalía no le había permitido incorporar las pruebas que propuso durante la investigación. Desde la otra parte le respondieron que esos reclamos ya habían sido resueltos. Al final, la jueza advirtió a la defensa para que esas actitudes no se repitan en el futuro.