Qué hacía por ahí o qué le sucedió, todavía no se sabe. Lo que se supo es que el muchacho era de Capital y que curiosamente ayer de madrugada andaba solo en su auto por las afueras de Caucete, en un viaje que inesperadamente acabó en muerte. El coche no dejó ni frenadas en el pavimento, sólo quedaron las marcas en la tierra del recorrido que hizo hasta estrellarse de frente contra un gran eucalipto de una calle oscura. El joven no tuvo chances en el tremendo choque, la prueba está que lo único reconocible de ese Chevrolet era la parte trasera.
Los policías de la Seccional 9na. anoche aún no podían establecer las causas o las circunstancias que rodeaban el accidente que costó la vida a Roberto Daniel Caballero (29). Tampoco estaba claro qué hacía ayer a las 2.30 por avenida de Los Ríos, a 2 kilómetros al Este de la villa cabecera de Caucete. "Estamos sorprendidos. Todavía no caigo en todo lo que pasó, no tengo idea por qué estaba ahí", relató Pablo, el único hermano del fallecido.
Roberto Caballero llevaba una tranquila vida de soltero, aunque estaba de novio hace 6 años con una chica de Santa Lucía, dijo su familia. Hacía un tiempo que trabajaba como empleado administrativo en el Centro Regional Cuyo del SENASA y alquilaba un departamento en calle Estados Unidos, cerca del mercado de abasto en Capital. "Mi hermano era muy independiente. Aquí venía por un ratito, hacía visita de médico. Se comunicaba más con mi mamá, por celular, y la última vez que lo vi fue la semana pasada. Él era responsable en su trabajo y no era de amanecerse ni emborracharse", afirmó Pablo.
Por lo que averiguaron, Caballero trabajó hasta las 18 del miércoles en el SENASA. Después le perdieron el rastro. En la Policía señalaron que surgió el comentario que a la noche el joven fue a ver a unos amigos o alguna amiga a Caucete, pero nadie apareció para confirmarlo.
Es un misterio de dónde venía. El comisario inspector Walter Heredia, jefe de la Seccional 9na., explicó que el Chevrolet Corsa de Caballero transitaba al Oeste por De los Ríos en dirección al centro de Caucete. Creen que en ese tramo se durmió o algo le sucedió, que el coche salió hacia la banquina derecha entre las calles Caseros y Roque Saénz Peña. Es una zona oscura. Y no hallaron rastros de otro vehículo.
Especulan que iba a gran velocidad porque el golpe frontal contra ese eucalipto fue impresionante. La parte delantera quedó destrozada y hundida en el resto del coche, aprisionando al joven conductor. Su muerte fue en el acto, y costó retirarlo de entre las chapas retorcidas.
Los policías trabajaron un rato con máquinas para sacar el cadáver. Lo extraño era que el muchacho no traía abrigo pese a la hora, pues vestía pantalón jeans, zapatillas de tela y solamente llevaba remera y buzo, explicaron en la Policía. Más allá de las heridas mortales propias del accidente, el médico forense no detectó nada raro en el cuerpo y tampoco olor a alcohol, revelaron fuentes judiciales.

