La funcionaria aseguró que ya cerraba un cajón de su escritorio y estaba a punto de salir de la oficina que compartía con Wilfredo Jesús Evaristo Romero (35) en el segundo piso del edificio en Rawson y Diagonal Sarmiento, en Caucete, cuando sucedió lo inesperado. El por entonces Director de Niñez, Adolescencia y Familia del municipio le pidió que no se fuera, la tomó fuertemente de una mano y con la otra le tocó los genitales mientras le suspiraba agitadamente en el cuello. Según la mujer, quedó "bloqueada", pero instantes después reaccionó y lo empujó. Entonces se sorprendió otra vez al verle mojado el pantalón mientras Romero -denunció- volvió a intentar tomarle la mano, pero ella volvió a empujarlo y se fue. Todo pasó el viernes 10 de marzo pasado alrededor de las 15, luego de que la funcionaria lo llamara para pedirle que no cerrara la oficina que compartían porque volvía tarde de sus tareas, según la denuncia.
Según el fiscal José Tomás Plaza (UFI CAVIG) ese día la mujer no le dijo nada a su esposo por vergüenza, pero sí se lo contó a una amiga. El lunes fue a trabajar pero se quedó en una oficina contigua, lo mismo que el martes, pero ese día se animó a contárselo a la intendenta Romina Rosas. "Qué te pasa, no digás nada", le habría dicho Romero instantes antes de que la jefa comunal los llamara para escuchar sus versiones. Según la denunciante, ese día Romero negó todo y aseguró que ella lo buscaba. Entonces se puso muy nerviosa y sintió que le faltaba el aire.
Días después, el 21 de marzo, denunció en la UFI CAVIG y ayer, el fiscal Plaza le pidió a la jueza Verónica Chicón que le conceda un plazo de 1 año para investigar a Romero por el delito de abuso sexual simple. Y que el sospechoso mantenga su libertad, pero con algunas exigencias: como someterse al proceso y no entorpecer la investigación, no salir de la provincia sin autorización judicial y no molestar ni acercarse a menos de 500 metros a la víctima.
Laura Reus, abogada de la víctima, hizo especial hincapié en el "estado de vulnerabilidad emocional y psicológica" en el que se encuentra su clienta, actualmente con tratamiento psiquiátrico. Y pidió a la jueza, además, que se le imponga la obligación de presentarse periódicamente en la comisaría más cercana.
La magistrada accedió a esta petición como a las del fiscal, imponiéndole cumplir esa exigencia una vez por mes durante 6 meses en la seccional 9na. La jueza, además, ordenó que por igual plazo no moleste ni se acerque a la víctima (a menos de 100 metros en la calle y a menos de 50 en el lugar donde ella trabaja), aunque rebajó a 3 meses el período para no salir de la provincia.
Romero no dio su versión por concejo de sus defensores Fernando Castro, Nazer Uzair e Ivana Salas, que consintieron el plazo para investigar, pero se opusieron a la aplicación de las reglas de conducta. Al final, hubo un airado reclamo de Uzair: "Más de una vez me pasó que tuve que mendigar (a Fiscalía) para me entreguen copias del legajo, cuando eso es una obligación legal", disparó. El fiscal Plaza reaccionó enseguida, pero todo se tranquilizó cuando el defensor aclaró que se refería a otros fiscales.