Un presunto caso de sometimiento, abuso, violencia y amenazas de un obrero rural contra su pareja es investigado por la UFI Cavig, desde donde catalogaron como “grave” la denuncia de esa joven de 24 años que dijo vivir un calvario durante los 6 años de relación con el acusado, actualmente en libertad pero excluido de su hogar y bajo reglas de conducta, como la prohibición de acercarse o contactar a la denunciante. 

El caso llegó a manos del fiscal Eduardo Martínez (UFI Cavig) el 6 de diciembre del año pasado, cuando la joven reveló lo que sufría a manos del padre de sus dos hijas (4 y 2 años). Dijo que la forzaba a tener relaciones sexuales y que en ocasiones la obligaba a hacerle sexo oral. También refirió que no la dejaba salir, que una vez que fueron al médico guardó cosas en una valija para escapar pero que él se dio cuenta, que la aislaba de su familia, que constantemente la amenazaba con un hacha, que le decía que si se iba la mataría y que si se marchaba a la casa de su madre iba a ir a quemarle todo.

Lo que hizo explotar a la chica fueron los episodios que sufrió dos días antes de denunciar, cuando -según su relato- su pareja comenzó a someterla en la finca de Angaco donde convivían. Recordó que luego del almuerzo le tomó la cabeza y la obligó a hacerle sexo oral, mientras sus hijas miraban televisión cerca. Agregó que pasadas unas horas repitió la maniobra y que tuvo que acceder porque si no lo hacía se ponía violento y la golpeaba. Y que tras eso otra vez le hizo una escena de celos por una vez que ella fue al centro en su época de soltería, reclamo constante que le realizaba, insultándola y descalificándola como mujer. Luego de la discusión, porque “se había portado mal”, intentó otra vez ultrajarla, pero ella logró irse, aunque no por mucho tiempo pues él la persiguió y la obligó a volver a la vivienda, rememoró.

A raíz de una ampliación de la denuncia, este jueves el fiscal Martínez (asistido por los ayudantes Virginia Pérez y Carlos Yanzón) extendió la acusación, agregando un hecho ocurrido en octubre del 2020, cuando la denunciante, en ese momento embarazada, aún tenía contacto con sus hermanas. Recordó que habían ido a visitarla y que su pareja, aparentemente ofuscado por eso, mandó a llamarla a una pequeña pieza cerca de donde estaban los animales, donde la violó, consta en el expediente.

Además, la víctima expuso que el pasado 17 de diciembre, un día después de que al acusado, defendido por María Filomena Noriega, le notificaran que tenía prohibido acercársele o contactarla, le hizo 20 llamados y le envió 13 audios por WhatsApp.

El imputado, de 22 años, enfrenta una causa por abuso sexual con acceso carnal, amenazas simples y desobediencia a una orden judicial. A pedido de Fiscalía, el jueves la jueza de Garantías Verónica Chicón amplió por 6 meses el plazo para investigar y extendió las medidas de coerción que pesan sobre el sospechoso.