Al principio, parecía todo claro: el esqueleto de la moto apoyada en un calefactor, suponía delatar que el fuego se inició por el recalentamiento de los plásticos o los gases del combustible del rodado. Sin embargo una mirada más minuciosa de los peritos de Bomberos, habría establecido que el aparato no funcionaba y que el foco del siniestro estuvo en el mismo pasillo, pero a casi dos metros, en la zona de las cortinas y un tándem con cuatro sillas de espera para los consultorios médicos, de las cuales sólo quedaron los hierros, dijeron anoche fuentes policiales.

El sospechoso caso ocurrió minutos después de las 15,30 de ayer en el Centro Integrador Comunitario (CIC) apostado en el cruce de Bahía Blanca y Paso de los Andes, en el barrio Güemes, en Rawson. Y generó un gran susto, ya que cuando el humo empezó a percibirse desde la calle, cuatro jovencitos que estaban a unos metros, escucharon gritos y debieron palanquear la puerta de vidrio hasta cortar un palo que hacía de traba para meterse y sacar al sereno, Juan Carlos Salsavilla. "Estaba tirado al lado de la moto", dijeron ayer los muchachos.

¿Dónde y qué hacía el sereno al momento del incendio?. Ese era ayer un interrogante con múltiples versiones: se hablaba de que cuando se inició todo el sereno o comía o dormía o escuchó un ruido como de vidrio roto, salió y al volver descubrió el fuego. Sólo sufrió un principio de intoxicación y ahora deberá explicar qué pasó en el municipio y en la policía.

Según el secretario de Gobierno, Emilio Achem, el CIC teñido casi por completo por una negra capa de hollín, funciona desde septiembre de 2006, con cinco consultorios, dos salas de capacitación y un salón de usos múltiples que se rehabilitarían en los próximos días. "No hubo grandes pérdidas", dijo Achem.