El frustrado ataque con una escopeta calibre 16, por parte del padre del presunto homicida. La pelea entre algunos integrantes de las dos familias en la puerta del hospital. El atentado de cuatro balazos contra un pariente del principal sospechoso. Y ahora, el incendio de su casa.
La muerte de Walter Ramón Tobal (35) supuestamente a manos de ese adolescente de 17 años de apellido Amado que le pegó tres balazos, desató una espiral de violencia que parece no detenerse. Lo último fue el ataque incendiario de ayer, minutos después de las 4 de la madrugada, contra la vivienda de ese menor en calle 25 de Mayo, entre Díaz y Maradona, en Villa Unión, Chimbas. La casa está a 30 m al Oeste del domicilio del ahora fallecido, quien estaba siendo velado.
Los Amado se la veían venir. De hecho, habían dejado la casa el domingo último, según la Policía. No les quedaba otra: el jefe de familia, Cristian Amado, está preso desde el sábado después de que le secuestraron una escopeta. Su hijo de 17 años, el presunto homicida de Tobal, sigue internado y detenido. Otro de los hijos, Ezequiel, cumple condena perpetua por asesinar al amigo, y otro hijo murió en febrero último tras quemarse en el penal.
Con ésto no era difícil que desconocidos aprovecharan la situación y entraran por la fuerza a esa vivienda de 4 ambientes para prenderle fuego. Se quemaron dos mesas, seis sillas, cinco camas, una cocina, un horno pizzero, dos placares y todo el techo de machimbre, según fuentes policiales. Aunque no se identificó a los autores, los investigadores de la Seccional 17ma saben que es una venganza contra los Amado por la muerte de Tobal.
La disputa aparentemente venía de antes, según la Policía, pero llegó a su extremo el sábado a la noche cuando Walter Tobal se encontró con ese chico de 17 años de apellido Amado. La versión de la familia del adolescente es que Tobal le pegó un tiro en la cara, pero luego el menor logró quitarle la pistola y le descerrajó tres balazos. Ambos fueron internados, aunque el mayor de ellos estaba grave por un tiro en el pecho.
El enfrentamiento luego siguió con otros protagonistas: esa noche, Cristian Amado (padre del adolescente) fue detenido con una escopeta cuando supuestamente intentaba vengar a su hijo. Minutos más tarde, integrantes de las dos familias se trenzaron a golpes en el estacionamiento del Hospital Rawson. El lunes a la madrugada, tras conocerse el fallecimiento de Tobal, tres desconocidos le pegaron 4 balazos a Mauricio Ramírez, el cuñado del presunto asesino, en Rivadavia.