Todavía no aclaraba ayer cuando el encargado de un depósito de harina llegaba a abrir las puertas de ese galpón ubicado en Rawson. Una vez adentro, el hombre cerró con llave la oficina y se fue hacia otro sector del lugar para sacar los candados de un portón, por donde diariamente ingresan los empleados que cargan y descargan camiones. Pero allí tuvo un problema. Uno de los cerrojos no abrió. En esos segundos escuchó llegar en moto al capataz de los changarines. El encargado regresó e hizo ingresar por la oficina a ese empleado. Ahí cometió un grave error: dejó sin llave la puerta. Ese fue el momento que aprovecharon dos delincuentes para dar un importante golpe. Apenas entraron, le pegaron una trompada al hombre y lo encañonaron. Después lo maniataron con un alambre, mientras el otro empleado se ocultó en el galpón. El atraco duró poco más de un minuto y en ese lapso los delincuentes huyeron con un jugoso botín: 50.000 pesos que habían en un maletín y otras cosas, señalaron fuentes policiales.
Eran las 8 cuando Diego Puyuelo (32 años, cordobés), llegaba a abrir el depósito de harina situado en Alem, entre Triunvirato y España, Rawson. Puyuelo no quiso hacer declaraciones, pero desde la policía dijeron que el galpón pertenece a la empresa cordobesa "Molinos Florencia S.A.".
Un alto jefe policial precisó que el encargado, al ingresar a la firma, tuvo problemas para abrir el portón por donde entran otros 7 empleados. Y cuando llegó David Zúñiga -el capataz-, en un descuido dejó la puerta sin llave, explicaron. Ahí entraron los ladrones, encapuchados y con un arma (sería un revólver), comentaron.
Uno de los sujetos lo golpeó, sentó a Puyuelo en el piso y le ató la manos con un alambre mientras le decía "quedate quieto y dame todo", señaló un uniformado. El otro ladrón no dijo nada en todo el asalto.
De arriba de un escritorio sacaron el maletín con los 50.000 pesos y también el celular y las llaves del auto del encargado. Esa plata iba a ser depositada ayer en un banco y por eso fuentes cercanas a la empresa apuntaban a que hubo un entregador, explicaron.
Luego los ladrones huyeron caminando como si nada. Zúñiga los persiguió, pero regresó rápidamente cuando le dañaron la moto y le robaron el casco, dijeron en la policía.

