La bronca de la familia del chico de 15 años muerto por tocar un alambre con corriente a media altura en el fondo de una casa era porque, en su opinión, entró a esa finca de Chimbas a sacar una pelota. La versión de la policía es muy distinta: sostienen que ese muchacho entró con otros sujetos a la propiedad y que luego forzaron un portón de un depósito para descolgar un rollo de malla media sombra y que en el escape, por circunstancias desconocidas, la víctima se electrocutó. Dos versiones de un mismo final. Y es que el jovencito quedó aferrado a un alambre acerado que estaba conectado directamente a la línea del tendido eléctrico con 220 voltios, dijeron en la policía. Tras el deceso, hubo un violento enfrentamiento en las calles entre familiares y efectivos de Infantería que incluyó piedras, balas de gomas y gases lacrimógenos.
Según la policía, alrededor de las 16 de ayer un llamado anónimo alertaba que un chico estaba muerto en los fondos de la finca de Rosa Torrente, una anciana que no estaba al momento de la desgracia en su casa de calle Díaz al 2.676, unos 30 metros al Norte del cruce con Santa Cruz, Chimbas. Cuando los uniformados de la seccional 26ta. llegaron, se toparon con el chico sin vida encima de un alambre acerado y aferrado con ambas manos a ese hilo metálico situado a casi un metro del suelo que rodeaba en semicírculo la vivienda por el fondo.
Más tarde, supieron que el fallecido era Pablo González, un chico de 15 años, con antecedentes y que vivía en el barrio San Francisco, según la policía.
La versión policial es que el menor y otros sujetos entraron hasta un depósito de la finca y trataron de entrar por una puerta lateral. Como no pudieron, con un palo forzaron el portón principal e ingresaron. Adentro, descolgaron un rollo de malla media sombra con intenciones de llevárselo. Pero algo sucedió y huyeron. En ese escape, fue cuando el menor quedó literalmente pegado al alambre con corriente, dijeron las fuentes.
"Mi sobrino estaba jugando con unos amigos y fue a sacar una pelota que se les cayó. No estaba robando", dijo ayer Mónica Mercado, tía de la víctima.
En medio del doloroso reclamo, la situación se desbordó: unas 60 personas, entre familiares y conocidos del fallecido, comenzaron a arrojar piedras contra la vivienda. Efectivos de la División Infantería, repelieron de inmediato el ataque con postas de gomas y gases lacrimógenos. Una lluvia de piedras comenzó a caer contra esos y otros policías, quienes tuvieron que pedir apoyo para poder dispersar a la furiosa muchedumbre que pedía a gritos "justicia". Luego de varios minutos, el enfrentamiento cesó.
El caso es investigado en la seccional 26ta. por presunto intento de robo y también, por homicidio culposo (matar sin intención). Ahora la Justicia tratará de determinar quien fue el responsable de colocar ese alambre electrificado, una decisión que está prohibida como medida de seguridad en una casa por numerosos fallos, dijeron fuentes judiciales.
