El excampeón mundial juvenil de boxeo en peso welter, Amílcar Funes (34) estuvo lejos de admitir alguna vinculación con el crimen de su coterráneo caucetero, el peluquero Sergio Montenegro (35) ocurrida en junio pasado. Ayer, no sólo negó ser autor de ese homicidio; fue más allá y dijo que ni siquiera conocía a la víctima, dijeron fuentes policiales y judiciales.
La situación de Funes igualmente sigue complicada. El juez de Instrucción Guillermo Adárvez, le imputó homicidio simple y el hurto simple del teléfono de la víctima, igual que a su pupilo, un chico de 17 años que es la principal prueba contra el laureado boxeador.
Este diario había anticipado en exclusivo que ese menor había dicho que la noche del 2 de junio pasado (día del cumpleaños de Funes) estuvieron en la casa del pugilista hasta que su madre les apagó la música y los echó. Que entonces salieron a buscar más bebida y en eso fueron a parar a la peluquería de Montenegro en avenida de Los Ríos casi Córdoba, Caucete.
Que ya en la madrugada del 3 de junio, el boxeador discutió por cuestiones del momento con el anfitrión y lo golpeó con un objeto. Que en ese momento él salió del salón (en ese interín Montenegro murió asfixiado) e instantes después Funes lo reencontró y le dio el teléfono de la víctima.
También dijo que esa madrugada se separaron y por eso él usó ese teléfono para llamar a Funes, que no contestó. Y agregó que, sobre el mediodía, le dio el aparato a Funes y éste le puso su chip para usarlo.
Sin embargo la versión de Funes fue muy distinta. Según voceros judiciales, ayer admitió haber estado con el menor en casa de su mamá por su cumpleaños, pero precisó que el chico se fue antes.
También dijo que salió luego unos minutos a comprar cocaína para drogarse, pero que no es adicto y sólo lo hizo porque era su cumpleaños. Que después volvió a casa de su mamá, se durmió y por eso no respondió el llamado de su pupilo durante la madrugada. Y le compró ese aparato al mediodía al menor y lo usó, pero se lo devolvió cuando se enteró de la muerte de Montenegro y pensó que podía ser de la víctima, a quien no conocía.
Luego, ese aparato fue a parar a un primo del menor, quien se lo regaló a su novia. Ambos, fueron indagados por encubrimiento pero ya fueron liberados.
Ahora, en el Tercer Juzgado de Instrucción citarán a las personas que, según Funes, pueden dar fe de lo que hizo la noche del crimen. Y luego el juez deberá resolver si el boxeador y el menor deben o no ser procesados por el homicidio.
Mientras, Funes esperará la resolución del juez en la cárcel.
