Para el fiscal José Eduardo Mallea, las pruebas demostraron que el boxeador Amílcar Funes (37) debe recibir prisión perpetua por golpear, acuchillar y matar con ensañamiento y alevosía (asfixiándolo cuando estaba indefenso) al estilista Sergio Montenegro (35). Y por robarle el cenicero con el que lo golpeó y un teléfono celular. En cambio para la defensora oficial Mónica Sefair, el resultado del juicio debe concluir con la absolución de su cliente por el beneficio de la duda. Mañana, el juez Maximiliano Blejman (Sala III, Cámara Penal) escuchará las últimas palabras del acusado en el debate y dará a conocer si el laureado pugilista caucetero debe volver al Penal de Chimbas o a su casa.
Sergio Montenegro tenía 35 años y fue encontrado muerto en su peluquería de Avenida de los Ríos casi Córdoba, Caucete, al mediodía del 3 de junio de 2016. La autopsia reveló que falleció alrededor de las 5 de la madrugada de ese día, que fue golpeado, que lo lesionaron con un cuchillo y que perdió a vida asfixiado con una almohada, hallada en su cabeza envuelta con un cable.
Para el fiscal Mallea, la prueba clave contra Funes es su pupilo de boxeo, que tenía 17 años. Ese testigo dijo que luego de festejar el cumpleaños del boxeador (cumple el 2 de junio) salieron y llegaron a la peluquería de Montenegro, donde Funes discutió con la víctima porque no quería poner cierta música y porque no le quiso dar drogas o plata para drogas. Y que entonces lo atacó con un cenicero y él salió del lugar. Más tarde Funes le entregó el teléfono robado.
La defensora trató de "mentiroso" a ese testigo y su familia, y enfatizó que no era posible que Funes hubiera llamado 9 veces a una hermana de su pupilo justo cuando se suponía que estaba matando a Montenegro.