El dramático caso del pequeño Isaías (3) que el 24 de febrero pasado murió en un incendio en su casa de Chimbas porque su mamá lo dejó encerrado con hermana de 2 años, derivó en sospechas contra la madre como presunta responsable de la tragedia, calificada como posible homicidio culposo. Nadie sabe en qué terminará esa causa, pero los antecedentes en la provincia en los últimos 10 años, demuestran que los padres imputados por supuestas negligencias o abandono en los 3 casos anteriores de niños que quedaron encerrados y murieron intoxicados y quemados dentro sus casas, ninguno tuvo condena y quizás nunca la tengan.

En tribunales aseguran que esos casos no se juzgan por dos motivos. Hay quienes afirman que para los jueces es muy difícil juzgar y condenar a estos padres que ya tuvieron demasiado con el sufrimiento por las pérdidas de sus hijos y la condena social de la gente en su momento.

Otros, por el contrario, sostienen que la única explicación es que, bajo el criterio del principio de preferencia, los jueces dejan de lado estas causas sin detenidos, cuya penas son leves y donde los imputados son también damnificados, para ocuparse de expedientes más importantes por los tipos de delitos y las personas detenidas. El devenir de las causas penales por estos hechos revela que, en la actualidad, lo único que perdura de esas historias trágicas es el recuerdo de los chicos fallecidos, la condena social en ese momento y posiblemente el cargo de conciencia que aún cargan sus padres.

Uno de los casos más recientes es el de dos hermanitos de 6 y 4 años que murieron asfixiados y quemados en una pieza de una casa del B° Neuquén, Rawson, el 5 de agosto del 2012. Su padre, Ariel Herrera, los tenía a su cargo tras la separación con su madre. Esa madrugada se fue a bailar y dejó durmiendo a los niños con una estufa al lado. Cuando volvió, el incendio ya había sido sofocado y los niños estaban calcinados. Herrera fue detenido e indagado por el delito de homicidio culposo en el Cuarto Juzgado Correccional, pero hasta la fecha no resuelven si lo procesan o no, según constató este diario.

Más atrás está el incendio que costó la vida a un bebé de 3 meses, quien quedó envuelto en llamas durante un incendio originado por un cortocircuito dentro de una casa de Angaco, el 21 de febrero de 2007. Sus 4 hermanos se salvaron. Miguel Riveros y su esposa Patricia Morales, los papás, los habían encerrado con candado para salir a hacer compras. Ambos fueron detenidos y luego liberados, pero la causa nunca avanzó en manos del ahora exjuez Enrique de La Torre, del Primer Juzgado Correccional, confirmaron fuentes judiciales.

Por el mismo camino la causa por la muerte de una nena de 2 años y las heridas que sufrió su hermana en otro siniestro en una casa de Villa Cenobia Bustos, el 3 de noviembre del 2004. Sus padres, Susana Frías (27) y Ariel Rojas (29), salieron a hacer unos trámites y dejaron a las niñas encerradas con candados en su rancho. Por este hecho, la pareja fue procesada por homicidio culposo en noviembre del 2005 y en el mes siguiente el caso se elevó a juicio, pero no se hizo más nada. En 2010 la causa pasó a un depósito, pero aún no se ordena su archivo.