Estranguladas, muertas a golpes, con palos o piedras. Acuchilladas o baleadas. Sin distinción de clase: amas de casa, empleadas, profesionales, empresarias. Ultimadas por celos, en una discusión, mientras dormían o frente a sus hijos. En 10 años, 15 mujeres fueron asesinadas en la provincia como consecuencia de la violencia de género y lo más conmovedor de esa cifra es que 13 de ellas eran madres.

El dato surge de un relevamiento realizado por DIARIO DE CUYO en base a archivos periodísticos, a raíz del crimen de Carolina Tejada (37), la mujer que falleció el último martes tras ser golpeada salvajemente frente a su hijo de 7 años con la culata de una carabina y también con un palo por su expareja en una casa de San Martín.

Diez de esos crímenes fueron cometidos con una violencia extrema y la mayoría de las víctimas tenían en promedio entre 30 y 40 años (9 casos).
Los departamentos con más femicidios son Capital y Chimbas, con 3 hechos cada uno. En segundo lugar siguen Rawson, Caucete, Pocito y Santa Lucía, con 2 crímenes. El último hecho ocurrió en San Martín.

El relevamiento muestra además que el año en el que hubo más asesinatos fue el 2008, con 4 casos. En 2007, 2011 y 2012 se registraron 2 por cada año. Y 2005 y 2009 fueron los únicos períodos donde no se detectaron homicidios por violencia de género.

Otro punto que se desprende de los archivos es que en el 66% (10) de los femicidios fueron cometidos con una violencia extrema. Uno de esos casos fue el de Cristina Olivares (26) quien fue encontrada maniatada y asesinada de 160 puñaladas a un costado de calle Picón, al Sur del cruce con calle 7, entre Vidart e Hipólito Yrigoyen, Pocito. Otro asesinato brutal fue el de Graciela Torres (32) en su casa del barrio Búbica, Rawson. El 16 de marzo de 2008, su exesposo le dio 8 puntazos, 3 tiros con un revólver y 2 escopetazos, uno en la boca y otro en la vagina.

El 15 de noviembre de 2012 se aprobó una ley que agravó los crímenes más allá de la unión conyugal por ley. Así, se castiga con perpetua al hombre que ‘matare a una mujer que se autoperciba con identidad de género femenino y mediare violencia de género’ sea ‘su ascendiente, descendiente, cónyuge, excónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia’.