Un sujeto de 25 años protagonizó una situación un tanto insólita: estaba preso, salió de la comisaría, se escondió enfrente y volvió a caer, por robar en una casa. Por ese hecho un juez de Flagrancia lo condenó a 2 años de prisión de cumplimiento condicional, dijeron fuentes judiciales.
El nombre del joven es Matías Roberto García Fernández, quien aceptó el castigo en un juicio abreviado en el que lo condenaron por el delito de tentativa de robo agravado por efracción.
El hecho ocurrió el pasado domingo. El sujeto estuvo alojado por un expediente contravencional en sede de comisaría 27ma (ubicada en el Barrio Aramburu de Rivadavia), y luego de obtener la libertad, se dirigió al interior de unos monoblock que se encuentran frente a la sede policial. Allí esperó que oscureciera un poco más y en el momento que tuvo la oportunidad, sabiendo que no había ningún morador, ingresó a uno de los hogares forzando la puerta de hierro que permite el ingreso al departamento.
Una vez adentro, comenzó a revolver todas las pertenencias del propietario, colocando una caja de cartón sobre la mesa del comedor, la que llenaba con efectos personales de la víctima.
Además, empezó a arrojar por la ventana de la parte posterior (da a un espacio público común del complejo) algunas pertenencias, entre ellas, un bolso matero que contenía una cámara filmadora y dos pares de zapatillas.
Sin embargo, sus planes se arruinaron cuando llegó un nieto del propietario, de 12 años, quien pensando que su abuelo se encontraba en el interior, ya que escuchaba ruidos, comenzó a llamarlo para que le abra la puerta. En ese momento es que el niño observó a su abuelo que venía por la vereda, y sorprendido, le dice que adentro del departamento se escuchaban ruidos.
El propietario trató de ingresar y es cuando se topó con el delincuente, que intentaba salir. Sin embargo, la víctima se lo impidió, al tiempo que su nieto salió corriendo hasta la seccional 27ma, cuyo personal se acercó y detuvo nuevamente a García.