Tienen el sueño muy pesado o los delincuentes fueron tan sigilosos que ni siquiera alborotaron a los perros caniches. Lo cierto es que los siete integrantes de esa familia dormían y no escucharon nada en la madrugada de ayer cuando ladrones ingresaron a su casa y recorrieron parte de las dependencias para llevarse, sin provocar el mínimo ruido, casi 20.000 pesos.
Es más, el robo fue descubierto por casualidad a eso de las 4.30 en el momento en que la propietaria de la vivienda se levantó para estudiar y notó que su mochila no estaba. Después vio que habían entrado a su negocio y que el portón del garaje estaba abierto.
Todo esto sucedió en el domicilio de la familia García en la calle Balmaceda del Bº Escobar, Rawson. Antonio, el propietario, no aguantaba la bronca. ‘Si yo los pillo, los mato. Doy gracias a Dios que no me desperté, pero doy mi vida por mi familia’, dijo este electricista, que junto a su mujer tienen un mimercado en su vivienda.
‘Es la primera vez que me roban en 17 años’, explicó el hombre, que no salía de su asombro. Los ladrones entraron al patio delantero de la propiedad vecina, pusieron una escalera y rompieron un ventiluz de su casa. Como no pudieron entrar por ahí, se treparon al techo y luego accedieron a la planta alta, donde está el departamento de Santiago (20), el hijo del electricista. El muchacho no estaba porque trabaja de sereno, pero sí su pareja y su nene que dormían. Los ladrones ingresaron a una habitación y de una mochila sustrajeron 2.000 pesos.
Los desconocidos luego bajaron a la planta baja, entraron al comedor de la casa de los García y al negocio. El matrimonio y sus tres hijos descansaban en las habitaciones, pero ni los escucharon. Y los perros no ladraron, aclaró Antonio. Todo indica que los ladrones buscaban sólo dinero. Es así que sacaron los más de 10.000 pesos que había en la caja registradora del comercio, otra suma que tenían en el comedor y 4.500 que la mujer de García guardaba en una mochila, la cual se llevaron. En total fueron casi 20.000 pesos, dijeron.
