Era el único dinero que tenían para comer durante el mes y para comprar remedios. Era, porque ayer delincuentes les robaron esos $8.000 mediante un engaño. La víctima fue una anciana que junto a su marido volvían del banco a su casa, y no les quedó otra que amargarse. Eso sí, para su consuelo queda que los sospechosos fueron detenidos luego en San Luis, según fuentes policiales.
Todo ocurrió a eso de las 9.30 de ayer, cuando Yolanda Caballero (79) y Juan Eduardo López (87) se dirigían a su casa en el barrio Manantiales, en Trinidad, Capital. El hombre tiene la mitad de su cuerpo paralizado porque sufre de artrosis y además posee una ostomía en su abdomen (ano contranatura) debido a una vieja operación de colon.
Todo se complicó cuando caminaban por Pedro de Valdivia, antes de llegar a Entre Ríos. Según los pesquisas, una mujer abordó a la anciana y la distrajo con el cuento de que prestaba dinero. En eso que le hablaba y aprovechando la inocencia de la víctima, la ladrona minuciosamente le metió la mano en la cartera y le sustrajo el sueldo que acababa de cobrar.
El esposo de la señora, que aguardaba un poco más atrás mientras se producía la conversación, tampoco se pudo dar cuenta en ese momento, pero una vez que la embaucadora se subió a un auto que la esperaba (conducido por un hombre), la ayudó a que revisara el bolso y advirtieron que la plata no estaba.
Afortunadamente, dos testigos, incluido un remisero que los trasladó hasta la comisaría, pudieron memorizar las características del automóvil y de los ladrones. Eso fue clave para que el operativo que se montó diera fruto: cerca de las 14, la Policía puntana detuvo en San Gerónimo a cuatro sospechosos: Ismael Gallardo (32), Pablo Barboza (26), Sergio Enrique Arias (32) y Vanesa Soto (34), todos de Mendoza. Además de este hecho, les atribuyen otro similar contra una mujer que hace un par de semanas sacó plata del cajero en Caucete y fue atacada a una cuadra.
Los acusados iban en un Ford Focus blanco y habían evadido el control de Las Trancas, por lo que allí se inició una persecución que terminó unos 3 kilómetros después, con todos apresados. En el vehículo llevaban dinero.
“Es lo único que cobramos, lo usamos para comer y para los remedios, nos no alcanza para más”, dijo López muy quebrado.