El tan cobarde como despiadado primer golpe que le dieron en la cabeza al hombre con un hierro mientras dormía demostró que los delincuentes estaban dispuestos a todo con tal de llevarse el jugoso botín: unos $900.000 entre plata nacional y dólares. Así lo hicieron, porque desvelados por esa gran suma, no les importó golpear de manera salvaje al hombre, a su madre y a un sobrino, a tal punto que los dejaron internados en Terapia Intensiva. Y también demostraron su crueldad con una hermana del jefe de hogar y una hijita de ella, quienes también vivieron en carne propia el calvario: no les pegaron, pero sí amenazaron con matarlas si gritaban o intentaban intervenir.
Los artífices del violento ataque fueron cuatro delincuentes, que encapuchados y armados robaron el dinero que Carlos Altamirano (55), dueño de "Altamirano Climatización" (instalación y arreglo de equipos de aire acondicionado y heladeras), tenía para pagar un lote al que tenía pensado mudar su taller. Ese sueño para el que venía ahorrando desde hace no menos de 7 años quedó trunco en menos de media hora, cuando cerca de las 3 de la madrugada de ayer, después de saltar una pared del fondo de esa casa de Tucumán 1429 Norte, Concepción, Capital, y abrir la puerta de ese sector (estaba sin llave porque el perro la abre para ir a hacer sus necesidades al fondo), irrumpieron cuando todos dormían: Rosa María León (79), sus hijos Carlos y Laura Altamirano (39), y los hijos de esta última, Exequiel (19) y Karen (9).
En medio de la oscuridad, los sujetos fueron habitación por habitación dejando sus huellas de violencia para tomar el control de la casa. A una de las primeras que atacaron fue a la señora mayor, que además de sufrir problemas del corazón, casi no ve. "Se le subieron encima y le pegaban en la cabeza con terrible ensañamiento. Con qué necesidad…", se lamentó una hija de la mujer. La mayor parte de los golpes los sufrió en esa zona y también en el tórax, con tanta mala fortuna que sus pulmones se llenaron de sangre y ayer los médicos de la clínica privada a la que la trasladaron trabajaban para salvarla, pues eso la mantenía al borde de la muerte, explicaron.
Los otros que sufrieron la bestialidad de los malvivientes fueron Carlos y su sobrino Exequiel. Al parecer, intentaron resistir el robo, y esa decisión les terminó costando bastante caro: con una llave de hierro tipo L (para ruedas) los golpearon por todos lados. "Tenían huecos en la espalda", describió otro familiar. Ambos anoche continuaban internados en el Hospital Rawson, en estado crítico por las gravísimas lesiones que sufrieron. Según familiares, el mayor tenía la cara "como un monstruo", además del brazo izquierdo quebrado y líquido en sus pulmones. Y el chico también tenía afectados varios órganos vitales.
Por su parte, a Laura y a su hija Karen las llevaron a la fuerza hasta la habitación de Carlos. Allí las apuntaban con un arma y amenazaban con gatillarles para exigirle al hombre que entregara la llave de la caja fuerte donde ocultaba el dinero. Acorralado por la amenaza y por los incesantes golpes cada vez más fuertes, no le quedó otra que ceder.
Así, con los billetes en sus manos, los ataron con cables, les quitaron los celulares y las llaves de los vehículos y huyeron por la puerta del frente.
Desde el entorno del damnificado indicaron que la sospecha es que los delincuentes sabían sobre la existencia de esa suma. Es más, deslizaron que no descartan que alguien del entorno cercano haya participado en el ataque.