En sólo 15 horas, dos abuelos perdieron la vida como consecuencia de los accidentes de tránsito. Una de las víctimas fue esa señora de 71 años que quedó en grave estado el sábado último tras ser embestida por una camioneta guiada por una mujer embarazada en el centro capitalino y que dejó de existir el lunes a la tarde en el Hospital Rawson.

El otro fallecido fue un hombre de 76 años que ayer en la mañana iba en bicicleta rumbo a su trabajo y que fue chocado de atrás en un cruce de calles de Rawson por un automovilista que estaba alcoholizado.

El automovilista me vio llorar por mi abuelo y se empezó a reir. Ese hombre estaba borracho.

Mariana Merelles – Nieta del ahora fallecido
 

César Bautista Pereyra (76), el anciano atropellado en Rawson, agonizó durante 5 horas hasta que dejó de existir ayer a las 11.30 en el Servicio de Urgencias del Hospital Rawson. Su hija María contó que ‘tenía destrozado el cráneo por el choque y la caída en el pavimento’.

El accidente se produjo en la intersección de las calles Riobamba y República del Líbano, a dos cuadras de la casa de la víctima. Pereyra vivía en el Barrio Güemes, en Rawson, y hacía un año y siete meses que había quedado viudo.

‘Mi papá era un hombre sano. No fumaba ni tomaba’, relató María Pereyra, quien agregó que, al momento del accidente, su padre se dirigía a su trabajo en la Cochería San José.

Habitualmente solía irse en su auto, pero tuvo la mala suerte que el coche tuvo un desperfecto mecánico el día lunes y lo llevó a un taller. Fue por eso que ayer tomó su bicicleta de carrera y partió rumbo a la empresa fúnebre.

Eran las 6.30 cuando transitaba de Oeste a Este por la calle República del Líbano, a la altura de Riobamba, y fue embestido desde atrás por el auto Peugeot 208 guiado por Germán Roldán (31). La Policía confirmó que este automovilista iba alcoholizado.

El coche golpeó en la rueda trasera de la bicicleta de Pereyra, quien pegó contra el parabrisas y cayó en el pavimento. Mariana Merelles, la nieta del Pereyra, justo pasaba por el lugar y lo reconoció: ‘Mi abuelo estaba inconciente en el piso y perdía mucha sangre.

Después reaccionó, pero empezó a quejarse y vomitaba sangre’. Horas más tarde, el anciano falleció en el hospital.