Los asaltos a mano armada no son exclusividad de los ‘motochorros’, los ladrones que se mueven a pie también se las ingenian para atacar armados y huir. En el lapso de 12 horas, se perpetraron tres asaltos en los que los autores escaparon corriendo. Uno de los robos fue en un locutorio, donde amenazaron a la empleada con un cuchillo. El otro ataque fue contra un automovilista que fue detenido en la ruta 40 a punta de arma de fuego y al que le sustrajeron las cosas que llevaba. La tercera víctima fue un taxista que fue atacado por dos pasajeros.
El primero de estos hechos se registró el jueves alrededor de las 17 en un locutorio y ciber de calle Vieytes al 522 Norte, en Bº Kennedy, Santa Lucía. Dos ladrones encapuchados sorprendieron a la empleada, Patricia Gallardo (31), poniéndole un cuchillo en el cuello. Uno de los delincuentes llevó a la empleada hasta la caja y le sacó el dinero, cigarrillos y golosinas por un valor de 4.000 pesos. Después se fueron corriendo por la calle, relató Gallardo.
A las 23.30 del jueves, un automovilista que transitaba por ruta 40 y Benavides, en Concepción, Capital, fue encañonado por un delincuente que lo obligó a estacionarse a un costado. Una vez que Osvaldo Tello (39) paró su Ford Focus, el desconocido junto a un cómplice abrieron su auto y le robaron tres cajas donde llevaba una camilla plástica, 6 cartuchos de siliconas, dos cobertores de asientos, una pistola de pintor y un portafolio con multiplicadores de fuerza de ruedas de camión, además de documentación, según denunció en la Seccional 2da. Los ladrones escaparon con todas esas cosas hacia un barrio de la zona, dijeron en la policía.
Otro atraco lo sufrió el taxista Angel Cardenas (43), quien fue atacado por sus pasajeros ayer a las 5 de la madrugada, dijeron en la policía. Según versiones, dos sujetos subieron a su Chevrolet Corsa y le ordenaron ir hacia Desamparados, Capital. En el camino sacaron un arma y lo amenazaron para luego quitarle 800 pesos, el tarifador, un GPS y dos celulares, indicaron las fuentes. Los desconocidos lo abandonaron en inmediaciones de Urquiza y Libertador, y se marcharon a pie.