Si bien la Policía se encuentra investigando y se desconoce si efectivamente fue víctima de un robo, familiares del jubilado asesinado esta mañana en Pocito afirmaron a este diario que el hombre en las últimas horas había vendido un auto.
El dato no es menor y en la Policía están alarmados porque se trata de una modalidad que en los últimos días fue moneda corriente en la provincia: hubo al menos tres ataques más de delincuentes que asaltaron tras operaciones de venta de vehículos.
EN SANTA LUCÍA
El primer caso de la seguidilla ocurrió en la mañana del pasado 23 de julio, en una vivienda ubicada sobre la calle Roger Balet, al Este de Fermín Rodríguez, en el Barrio San Lorenzo, en Santa Lucía. En ese lugar vive Luis Castán (62), quien al momento del asalto se encontraba con su esposa y una nieta de 3 años.
El drama comenzó a eso de las 9, cuando dos sujetos con ropa de obreros municipales golpearon la puerta. La que los atendió fue la mujer de Castán, a quien le pidieron agua para preparar veneno para tirar en la calle. En eso que la señora se dio vuelta, los sujetos entraron detrás de ella y demostraron sus verdaderas intenciones: sacaron armas de fuego y redujeron con violencia a los moradores con el apoyo de al menos un ladrón más que ingresó minutos después que ellos.
El que se llevó la peor parte fue Castán, pues por momentos intentaba resistirse y a cambio recibía golpes. En uno de los forcejeos, uno de los asaltantes efectuó, según la denuncia, tres disparos. Eso lo tranquilizó, y también cuando observó que otro de los sujetos tenía alzada a su nieta.
El hombre se dedica a la compra y venta de vehículos. El día anterior había vendido un auto y ese dinero, unos $750.000 que estaban en un maletín, fue parte del botín de los delincuentes. También se llevaron alrededor de 700 dólares. Y además, hicieron arrancar el Ford Ka modelo 2017 de la familia que estaba estacionado en la puerta y también se lo robaron. El mismo fue hallado intacto esa misma noche.
EN CAPITAL I
El segundo golpe fue el 24 de julio último, un día después del ataque en Santa Lucía. La víctima fue un ginecólogo de apellido Pizzuto (63) que alquila una casa en el Barrio Las Acacias, sobre la calle Los Aromos, en Capital.
El golpe ocurrió alrededor de las 12.15 de ese día, cuando no había nadie en la vivienda.
La ausencia de Pizzuto fue aprovechada por dos ladrones que se trasladaban en bicicleta. El portón había quedado abierto porque el ginecólogo había salido a hacer un trámite al centro y no pensaba demorarse mucho.
Los delincuentes entraron por el portón y luego patearon la puerta de ingreso para acceder al interior de la vivienda. Esos movimientos fueron registrados por las cámaras de seguridad de un vecino.
Los delincuentes dieron vuelta la casa buscando objetos de valor. Y mal no les fue, porque el botín fue millonario: 10.000 dólares, unos $20.000, el iPad, el Rolex de acero modelo GMT-MASTER II valuado en más de 7.000 dólares, y dos armas, un revólver calibre 38 y una pistola calibre 22.
La víctima en ese entonces dijo a este diario que sospechaba que hubo un entregador, pues hacía días que había vendido una camioneta. El dinero que le llevaron estaba destinado para la construcción de una vivienda en Santa Lucía, sostuvo.
EN CAPITAL II
El pasado viernes, justo una semana después del robo al ginecólogo, el blanco fue una vecina suya del Barrio Las Acacias.
La víctima fue una médica llamada María Verónica Zapata (40). A eso de las 16 de ese día fue sorprendida por dos encapuchados en su casa sobre la calle Los Almendros, y sufrió un momento de terror: fue golpeada y hasta lastimada en una pierna con un cuchillo exigiéndole dinero. Según fuentes policiales los ladrones, al parecer, tenían el dato de que días atrás había vendido un auto y buscaban esa cantidad, que la víctima tiene en el banco, precisaron. Igual, lograron apoderarse de unos $100.000 que tenía en la vivienda y otros objetos.
La casa de la médica está ubicada frente a la garita del guardia de seguridad que en ese momento recorría otro sector del barrio. Al parecer, los delincuentes ingresaron por el fondo pero igual fue un golpe audaz pues, además del guardia, a una cuadra está un policía que custodia la casa de un ministro y a unas tres cuadras está la sede del GERAS.
EN POCITO
El jubilado Antonio Muñoz (70) apareció asesinado este lunes en su casa del 196 Oeste de la calle Salvador María del Carril, entre Libertad y Rosas, en la Villa Paolini, Pocito. Estaba tendido en el suelo y rodeado por un charco de sangre. La hipótesis principal es que fue ultimado con un objeto contundente.
La víctima se dedicaba a la compra-venta de autos y recientemente había realizado una operación, según dijeron familiares a este diario.
¿Quisieron robarle y la víctima se resistió? Los investigadores tratan de establecer si fue así, o si al menos fue ese el móvil del ataque: robarle, posiblemente el dinero de la venta del vehículo, operación que creen que se concretó ayer.