Después del estruendo, el asombro: el motor y todo el tren delantero de uno de los vehículos había sido literalmente partido en dos por el otro auto tras el violento impacto en la peligrosa esquina de Díaz y 25 de Mayo, Chimbas. Después del asombro, el desconcierto: a simple vista no se podía explicar el sentido de circulación; el porqué uno de los rodados quedó cerca de la esquina, metros al Sur, con el motor, ruedas, puertas y partes del otro vehículo encima. Y porqué la mitad del otro rodado siguió de largo unos 30 más, también al Sur del cruce, hasta incrustarse en los postes de un alambrado. En el medio de ambos autos quedó el cuerpo de uno de los conductores, sin vida.
Sólo un análisis más detenido de otras huellas en la escena del siniestro (como las marcas de una frenada) y el testimonio de los compañeros de trabajo de la víctima mortal, permitieron reconstruir una hipótesis de lo que había pasado ayer minutos después de las 6 de la mañana: Todo indicaba que el auto más destrozado, un Fiat 128, circulaba hacia el Oeste por 25 de Mayo conducido por un joven, padre de dos chicos, que iba a trabajar. Ese joven era el fallecido José Luis Maldonado, de 32 años.
En el otro auto, un Peugeot 206, iba otro joven rumbo al Sur por Díaz. Era Gastón Pereira (23) quien sufrió un golpe y cortes en la cabeza y otras lesiones, pero quedó a salvo por llevar puesto el cinturón, según la policía. Pereira era señalado también por los investigadores por meterse en otro problema: El Peugeot que guiaba había sido dejado en consignación en la agencia de su patrón, en Salta al 1.119 Norte, Concepción, Capital. Y ese agenciero dejó asentado luego en una comisaría, que a Pereira le dejaba las llaves del predio y que había sacado el auto sin su permiso, dijeron fuentes policiales.
La tragedia de ayer representó el más grave de los accidentes ocurridos en el comienzo de las minivacaciones por Semana Santa.
Maldonado vivía en el barrio Mercedario de Chimbas y ayer en la mañana iba su trabajo como chofer en "Hormiserv" en el Parque Industrial, contó ayer un compadre y compañero suyo de trabajo, Gabriel Zalazar, quebrado por el llanto. Según la policía, Pereira vive en el barrio Aramburu, Rivadavia, y ayer se suponía que volvía a su casa luego de una supuesta noche de diversión. "Algunas versiones indican que este joven podía haber conducido en estado de ebriedad, pero eso se confirmará o no con una prueba, como el dosaje para establecer el grado de alcohol en su sangre", aseguró ayer el comisario inspector Hugo Tello, jefe de la comisaría 26ta. de Chimbas, donde Pereira es investigado (ayer detenido) por matar sin querer en un desgraciado accidente de tránsito.

