Horas complicadas son las que vive y las que se le avecinan al oftalmólogo cirujano Oscar Kerman (68). El jueves pasado una paciente que no lo conocía y fue derivada con él por una cuestión de urgencia en la Clínica Santa Lucía, terminó denunciándolo en el Cavig el mismo día por propasarse con ella, pues dijo que la manoseó (le tocó la cola, precisó) e intentó abrazarla y besarla. Pero el asunto no quedó ahí: cuando el caso se hizo público las acusaciones por maniobras similares se multiplicaron, al punto de que ayer ya eran cuatro las mujeres que, en total, lo señalaban en el Cavig por situaciones de manoseos y otras prácticas de franco tinte sexual, explicaron fuentes judiciales.
Una de las denunciantes afirmó que recién ahora se animó a reclamar justicia, pero que el hecho ocurrió en 2019. En las redes sociales hubo polémica con las primeras denuncias, pues algunos, incluidos algunos pacientes, salieron a defender al profesional. Otros en cambio lo fustigaron y cuestionaron.
La investigación del caso es llevada adelante por el fiscal Eduardo Martínez del Cavig (con la coordinación del fiscal Roberto Ginsberg), quien el mismo viernes pidió al juez de garantías Andrés Abelín, que ordene secuestrar registros de pacientes, grabaciones en video y otras pruebas de la Clínica Santa Lucía, para determinar la veracidad o no de los dichos de la primera denunciante.
Sin embargo ahora ampliará la recolección de evidencia para constatar las versiones del resto de las denunciantes. Todas serán evaluadas por psicólogos y el informe de estos profesionales será clave. La pregunta ayer era si Fiscalía pedirá la detención de Kerman o si el médico enfrentará el proceso en libertad.