El juez federal Leopoldo Rago Gallo creyó probado que los tres penitenciarios detenidos el jueves en la mañana en la cárcel de Chimbas pretendían vender los 8 gramos de cocaína distribuidos en 10 ravioles que fueron secuestrados en el sector de requisa. La sospecha es que la droga se le cayó a uno de ellos que es chofer y que los otros dos, de requisa, fueron sus cómplices. De hecho, la droga fue hallada por personal de limpieza. Según fuentes judiciales, ayer empezó a indagarlos y calificó el delito como tenencia con fines de comercialización, agravado por ser funcionarios públicos y por intentar ingresar el estupefaciente en la institución penitenciaria.
El primero en declarar fue Luis Alfredo Balmaceda, asistido por el abogado Maximiliano Orozco. Según los voceros, dijo que cumple función en requisa hace tres semanas y nada tiene que ver con la droga. El próximo lunes serán indagados un efectivo de apellido González y el chofer Juan Luis Aballay, señalado como quien quiso meter la cocaína. El defensor de Aballay, César Jofré, dijo que su cliente tampoco tiene ninguna vinculación con esa droga.
Venía de Mendoza con 2 kg de cocaína, presa
Una mujer de 40 años que venía de Mendoza a bordo de un remís, fue interceptada en la madrugada del jueves por personal de Gendarmería Nacional que hacía un control de rutina sobre ruta 40 en Media Agua, Sarmiento, y le secuestraron 2kg de cocaína, dijeron fuentes policiales. En el auto viajaban también dos pequeñas hijas de la mujer.
La Policía investiga si parte de la droga iba al Penal de Chimbas, donde una hija de la mujer se encuentra detenida luego de que el pasado 28 de febrero Gendarmería descubriera que ella y otras tres mendocinas llevaban 1kg de cocaína en sus vaginas en un colectivo de larga distancia.