El cabo Nicolás Elizondo (44) siguió detenido ayer porque el juez Benedicto Correa (Quinto Juzgado de Instrucción) no cree, por ahora, en su versión de que la noche del lunes 22 de agosto pasado, actuó en legítima defensa cuando mató de un tiro a Enrique Belisario ‘Sisí’ Chirino (20) e hirió de otro disparo a Cristian Aballay (22), porque pretendían asaltarlo. Una versión similar había dado la mujer que estaba con Elizondo dentro de su auto en el lugar del ataque, una ripiera de calle Mendoza, casi 1 kilómetro al norte del cruce con Centenario, en Chimbas, dijeron fuentes judiciales. Ayer, Elizondo sólo dijo que es amigo de esa mujer y describió cómo fueron los hechos: dijo que le rompieron de una pedrada la luneta de su auto Chevrolet Aveo y también las ventanillas del conductor y acompañante. Y que fue ahí cuando vieron un arma (en la escena del hecho secuestraron una calibre 22) y decidió disparar: a Chirino cuando lo tuvo al lado y a Aballay cuando huía, dijeron. Igual, el juez le atribuyó homicidio contra Chirino y lesiones graves contra Aballay.

‘Entendemos que el juez tome sus recaudos y sabemos que la calificación del hecho que le atribuyó a mi cliente es provisoria. Nuestra defensa está convencida de que este es un caso más de legítima defensa y que Elizondo debe ser sobreseído’, dijo ayer el defensor Gustavo De la Fuente.

La hipótesis de la legítima defensa había empezado a circular la misma noche del crimen por la versión de Elizondo y la de la mujer que estaba con él. Y al día siguiente fue abonada por la misma Policía, cuando divulgó que tanto Chirino como Aballay tenían numerosas caídas e incluso un pedido de captura por robo cada uno.