Se toparon en un kiosco de calle República del Líbano, en Rawson, el sábado a la tarde. La versión policial es que fue un encuentro casual: primero llegó Denis Fredi Olivares (24) y pidió una cerveza. Se sumó luego Ramón López (tendría 45 años) y ambos no tardaron en compartir tragos y conversación. Diálogo y alcohol fue la combinación que llevó a ese particular dúo hasta la casa donde vivía López. Pero la borrachera fue trágicamente interrumpida: el anfitrión terminó muerto por una fractura de cráneo luego de recibir al menos un violento golpe.
El médico forense estimó que esa muerte pudo haber ocurrido entre las 23 del sábado y la 1 del domingo, día del cumpleaños de López. Además, el homicida robó varios objetos de la vivienda.
Lo que se supo ayer por fuentes policiales es que el homicida Olivares, sobrino de otro vecino del lugar, es hijo de un policía y tiene al menos un antecedente por robar. Y el caso quedó resuelto cuando los investigadores llegaron a la casa de la madre de ese muchacho en la calle Santa Cruz casi Paula A. de Sarmiento, en Capital, y secuestraron todo lo robado a Páez.
Con Olivares fue un poco más complicado dar, pues no lo hallaron allí y tampoco en la casa de su novia, donde fue a dormir luego de trasladar en un remís el botín hasta la casa de su mamá. Entonces supieron que Olivares había tomado un micro para irse a La Rioja, pero un aviso a tiempo al control policial de Bermejo, en Caucete, sirvió para atraparlo alrededor de las 13,30 de ayer.

