Se conocían de toda la vida y eran amigos. Sus vidas habían comenzado en su Niquivil de siempre y allí terminaron, de la manera menos pensada: ayer en la madrugada, en un impasse en medio de una juntada en la que no faltaron bebidas, los amigos chocaron de frente en sus motos y murieron prácticamente en el acto, informaron fuentes policiales y allegados a las víctimas. Uno de ellos viajaba con una chica, que se salvó de milagro.
En Niquivil, ayer, les costaba entender cómo fue que Gastón "Rana" Alaniz (26 años, padre de un hijo) y Fernando "Pecas" Díaz (22, papá de una nena) se cruzaron sobre la ex Ruta 40 en sus motos, justo debajo de una lámpara del alumbrado público metros al Sur de la escuela primaria de Las Aguaditas, situada unos 27 kilómetros al Sur del centro de Jáchal.
Todo pasó alrededor de las 4,30. La versión que trascendió de allegados a esos jóvenes fue que el día previo, el sábado, habían salido a juntar sus animales (la familia Alaniz tiene puestos y se dedica a esa actividad) y que luego se quedaron en la casa de Alaniz a tomar unos tragos.
El desenlace letal ocurriría sobre las 4 de la mañana, cuando Gastón enfiló en su moto Appia 150cc rumbo al Lote Hogar 48 situado más al centro de Niquivil, para buscar a una jovencita. Por alguna razón, Díaz resolvió abandonar la juntada y salió con su casco al mando de una Sumo 150cc. de la casa de Alaniz rumbo a la suya, situada en el mismo Lote Hogar. Y fue en esas circunstancias que ambos chocaron de frente justo debajo de la lámpara del alumbrado.
"Se tienen que haber encandilado, no supieron cómo cruzar no sé… la verdad que es increíble, como también que haya sobrevivido esa chica, fue ella la que fue a pedir ayuda a una casa vecina", contó un allegado a los jóvenes fallecidos.
En la Policía estaban convencidos de que la causa del siniestro fue una falla humana, y creían que el alcohol tuvo un rol protagónico en el desenlace letal.