Este martes se formalizó la otra parte de la resonante causa por la muerte de la jovencita Lucía Rubiño Montilla, de 16 años. A la par de lo que investiga la Justicia de Menores y que tiene a un adolescente de 17 años detenido en el Instituto de Menores Nazario Benavíez, la UFI Delitos Especiales tramita una presentación de los padres de la menor donde apuntan la participación en la tragedia de un mayor: Juan Pablo Echegaray, de 18 años e hijo del juez federal Hugo Echegaray, quien esa noche andaba en una Toyota Hilux.
El fiscal Iván Grassi le endilgó dos delitos: homicidio culposo y el comprendido en el artículo 193 bis del Código Penal, que apunta a los conductores que puedan crear con su manejo imprudente un peligro latente para la vida de las personas. Además, no pidió prisión preventiva, algo que fue rechazado por la Querella que buscó la misma imputación que el menor, la de homicidio simple con dolo eventual (comprende penas de 8 a 25 años de prisión) y que quede detenido.
En tanto, la defensora Sandra Leveque negó que Echegaray haya tenido participación en la desgracia.
Tras un cuarto intermedio, el juez Federico Rodríguez resolvió conceder a Fiscalía 12 meses para la investigación y al imputado le impuso las medidas de coerción peticionadas por Fiscalía, a los fines de resguardar el proceso: debe presentarse cada 15 días en la comisaría más cercana a su domicilio, no puede salir de la provincia sin autorización previa y le retienen la licencia de conducir, todo eso también por un año.
Así, el magistrado no accedió al requerimiento de prisión preventiva ni a que la calificación sea homicidio simple con dolo eventual como solicitaba el querellante Maximiliano Sansó.
El joven Echegaray se mostró nervioso durante toda la audiencia, mirando hacia un lado y otro, bajando la mirada por momentos. Abrió la boca para responder las consultas de rigor del juez, que tenían que ver con sus datos personales.
A este muchacho se le endilga haber estado andando a alta velocidad en el interior del barrio Profesional aquella trágica madrugada del 15 de octubre pasado. Sin la certeza de que tanto Echegaray como el otro imputado hacían un desafío de velocidad, el fiscal Ivan Grassi apuntó en la acusación que producto de la velocidad e imprudencia de Echegaray es que el otro muchacho debió realizar una maniobra brusca para evitar que lo impacte de frente, que terminó con el Sandero perdiendo el control, yéndose a la vereda y atropellando a Lucía, quien minutos después perdió la vida.
El hijo del juez, horas después de que la tragedia sacudiera la tranquilidad de ese domingo, utilizó las redes sociales para despegarse del hecho, pero las cámaras de seguridad lo ponen en el lugar conduciendo a alta velocidad la camioneta.