Denis Fredi Olivares (24) empezó a transitar desde ayer un camino que puede dejarlo en la cárcel por muchos años. Luego de confesar cómo y para qué había matado al changarín con problemas de ebriedad, Ramón López (42), el juez de Instrucción Maximiliano Blejman lo procesó con prisión preventiva por ese homicidio doblemente agravado ocurrido el último 6 de septiembre en Rawson. Ese delito, ineludiblemente se castiga con perpetua.

El magistrado consideró que el crimen se agravó por la alevosía, pues Olivares buscó que su víctima, Ramón López (42), estuviera completamente indefenso. Pese a su elevada ebriedad, fue derribado a golpes de puño. Y una vez en el piso, recibió patadas que incluso le arrancaron dientes; por si fuera poco, también recibió al menos un violento golpe en la nuca con un palo. Inconciente y sangrando, López fue atado con las manos hacia atrás con un cable, de sus tobillos con un jirón de sábana y con esa misma tela fue amordazado.

Para el juez se configuró también el agravente criminis causae (artículo 80 inciso 7 del Código Penal) porque consideró que el ataque y la indefensión de la víctima tuvieron el propósito de aniquilar cualquier resistencia para poder robar tranquilamente los equipos de música y sonido de la banda de rock del hijo del dueño de casa, donde le prestaban a López para vivir.

El crimen se perpetró en los primeros minutos del 6 de septiembre pasado en República del Líbano al 4029 Oeste, en Rawson. Allí López se quedaba hacía poco menos de medio año y hacía changas en metalurgia.

López tenía problemas de alcoholismo y el día del hecho coincidió en un kiosco al que Olivares también había ido a beber. Allí estuvieron con un par de amigos (hasta ahora no identificados) hasta que los dos la siguieron solos en la casa y Olivares decidió matarlo y llevarse los equipos a casa de su madre. Esta mujer, su novia y la madre de la joven fueron sobreseídas de encubrirlo.